Día 106 de 365

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Viste una mirada sombría, con un corazón roto en la mano, puñal en la otra, una sonrisa vana que ni en pleno invierno engaña, el alma partida en que se alla.

Quien diría que solo para verla sonreír ofrecería su corazón a precio de ser herido.

Pero claro así es el amor, y vaya recompensa que recibió, la sonrisa la más dulce y hermosa, pero a cuestas de ella, con otro al que llama amor.

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