Corazones Confundidos.

Cap 2- El Pequeño Gran Rey

Parpadeé incontables de veces hasta lograr quitar ese pensamiento de mi mente, me estrujé en mi cama y así terminar haciéndome un gigante sushi. No entendía el por qué debía que ser yo el cual deba estar a cargo de él, ese pequeño busca problemas.

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Esto será divertido.

Fueron las palabras que dijo Daniel seguido de muchos susurros de parte de los chicos grandes. Romeo seguía de pie sin parpadear del miedo que el aura de Daniel causaba, incluso en mi.

¿Que cosa?- el se atrevió a preguntar sin sentir la tensión del lugar, su suerte contaba en estar rodeado de los matones y sin ninguna protección adulta alrededor, así de mala era su suerte.- me puedo unir? Podemos ser amigos.

Vaya el nuevo quiere ser amigo de nosotros- Daniel sonrió y Antea de dar un paso adelante Maurico, su hermano mayor se interpuso con una gran sonrisa y de tan solo presenciar eso supe que la suerte de ese chico no podía empeorar.

Que tenemos aquí hermano- Mauricio estudió al pequeño niño de largos cabellos y grandes ojos por muy pocos segundos antes de tomar una decisión de que hacer con él- Uno nuevo?

S-Si... hermano mayor- Daniel claramente le temía a su hermano a tal grado que ante su sola presencia podía transformarlo de ser un busca pleitos a un insecto indefenso- dice que quiere ser amigo de nosotros.

Uh... que bien- Mauricio chasqueó los dedos y dos chicos mayores aparecieron, los tres pertenecían de la secciones de 13 para arriba, el orfanato tenía secciones específicas para niños de diferentes edades- me moría de "jugar" un poco con alguien nuevo.

Tragué saliva al escuchar eso, los 3 años viviendo en este basurero me habían enseñado muchas cosas las cuales un niño o niña debería estar al tanto para no meterse en problemas o peor aún ser el blanco perfecto para ser el juguete exclusivo de los chicos grandes, tenia miedo que Romeo se convirtiera en el próximo conejillo de india de esos tres y de los demás- como Arthur, el pobre con apenas 9 años había tenido que pasar por muchas cosas por culpa de esos tres, su única esperanza era orar todas las noches por ser adoptado por una familia buena y como algún tipo de milagro, su deseo se concedió dos semanas antes de la llegada de Romeo.

Ven- Mauricio le brindó su sonrisa más grande y actuada que tenía, Romeo por el otro lado no lo dudo su necesidad de querer tener amigos era más grande, Mauricio pasó su brazo alrededor de sus hombros guiándolo entre la multitud.

Me quedé petrificado, mis músculos no se movían, mi boca se resecó a cual desierto y no era lo peor mi pecho dolía y se aceleraba a u a magnitud que me causaba un tremendo entumecimiento, alguien debía que ayudarlo, debían que, si no podía acabar como Arthur e incluso yo. Apreté mi puño y respiré hondo, di pasos llenos de valor y jalé a Romeo del agarre de Mauricio posicionándolo tras de mi.
-No pienses que te lo vas a llevar.

¿Ah si?- su semblante era despreocupado de mi amenaza, sus cejas casi rubias se alzaban formando un perno arco en punta- Y como me vas a parar?

Mierda, no había pensado en eso.
-De cualquier modo que sea necesario.

Lo mire fijo y fue la primera vez que caí en cuenta de lo mucho que había crecido en los últimos 3 años, Mauricio a sus 14 años tenia la altura para atemorizar a su hermano y a todos los niños de la segunda sección. Mi altura no se comparaba con la de el pero era lo suficientemente alto para darme cuenta que estaba a una cabeza de su altura, algo que el también notó pero no le asustó.
-No importa tu altura aún eres un perdedor...

Agarro mi camisa atrayéndome hacia él.
-Si lo pienso bien, eras un buen juguete y aún puedes serlo.

Sentí un escalofrío y la única acción que pensé fue golpearle las pelotas, algo que por mi suerte logró funcionar.
Tu maldito insecto- Mauricio agarro mi camisa nuevamente y sin pensarlo dos veces estampó su puño en mi cara, bonito regalo de cumpleaños.