Capítulo 2.

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"Superemos el momento aunque no nos conozcamos, y acércate más que nadie en el mundo."
Feel Good, SHINee

-Estoy completamente seguro de que no me necesitas -los ojos de Jungwoo se cerraban con pesadez.

-Sí te necesito, nadie más sabe distinguir tan bien los tonos de rosa como tú, mi pequeña nubecita de algodón -la madre de Jungwoo le pellizco las mejillas.

-Papá puede hacerlo, ustedes dos son artistas, después de todo -Jungwoo bostezaba cada vez más seguido para que su madre se compadeciera.

-Bien sabes que a la hora de desarrollar nuestro arte, tu padre y yo tenemos...-la madre de Jungwoo dejó de pintar para pensar -tenemos diferencias creativas.

-Aún así, él podría ayudarte, yo no sé nada de esto -Jungwoo moría de sueño, pero su madre se veía tan entusiasmada pintando.

-Sí sabes, eres muy listo -la madre de Jungwoo se alejó un poco del óleo para observarlo bien -además tienes el arte en las venas.

-Pero no es precisamente a lo que me quiero dedicar -sin que su madre se lo pidiera, Jungwoo tomó los pinceles sucios para limpiarlos.

Desde que era pequeño, Jungwoo observaba con atención cada que sus padres pintaban, le parecía satisfactorio como los pinceles parecían tomar su propio camino y fluían por la pintura con suavidad. Le gustaba ser el asistente, porque le gustaba aprender cosas nuevas y para qué servían algunas otras. Más de alguna vez intentó pintar por su cuenta, y aunque lo hacía bastante bien, nunca fue una actividad que lo volviera loco.

-¿Sigues con la idea de ser profesor de idiomas? -la voz de la señora Kim se escuchaba hasta la cocina.

-Sí -Jungwoo asintió instintivamente -siempre es bueno aprender muchos idiomas, mucha gente ni siquiera sabe bien su propio idioma.

-¿Y te gustaría ayudar a esa gente? -a pesar de no seguir en el mismo campo laboral, los padres de Jungwoo siempre lo apoyaban al cien por ciento.

-Mucho -el menor de los Kim volvió a la sala con una sonrisa tímida y con pinceles en mano.

La madre de Jungwoo sacudió el cabello de su hijo y lo miró con orgullo.

La sesión de arte se extendió toda la noche, toda la madrugada y parte de la mañana.

-Ya quedó -la madre de Jungwoo se alejó para admirar su obra terminada.

-Quedó fantástica, mamá -Jungwoo reconoció -¿puedo dormir ya?

La madre de Jungwoo asintió gustosa. Jungwoo devolvió la sonrisa y subió a su habitación.

Jungwoo abrió la puerta de su habitación, y antes de que la puerta cerrara por completo, él ya estaba tumbado en su cama.

Estando boca abajo con la misma ropa del día anterior, Jungwoo estaba cayendo en un sueño profundo, hasta que su celular sonó:
-Pizzas Jungwoo.

-Quisiera ordenar una pizza con champiñones y queso.

-¿A qué dirección debería enviarla?

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