Lee Felix, Bang Christopher, ambos destinados al mismo mundo pero con distintos objetivos.
Lee Felix, ser la clave que desate la guerra por el control total.
Bang Christopher, infiltrarse en el mundo humano para poner fin a la guerra.
¿Podrían sus c...
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El día había iniciado como cualquier otro, despertó, hizo sus necesidades, se cambió de ropa, se puso un abrigo de mangas largas y una gorra para finalmente salir de su casa. Aquel día era bastante calurosoa decir verdad, pero no tenía de otra, ir con ropa más fresca no era una opción. Nunca lo había sido.
Luego de caminar unos quince minutos llegó al colegio encontrándose con su amigo de labios gruesos en la entrada.
—¡Hola Jinnie!—Saludó animado.
—Buen día Lix Lix—Le devolvió el saludo—¿Nos vamos?
—Vamos—Asintió el menor.
Al australiano se le había vuelto una costumbre llegar y encontrarse con el mayor esperando. Desde que empezó a estudiar en aquel lugar fue el primero en hablarle y volverse su amigo, a pesar de llevarse bien con sus compañeros y algunos de otros salones, Hyun Jin tenía algo especial.
Así es, Felix se sentía atraído por él.
—¿Hiciste la tarea?—Preguntó el pelinegro dejando su mochila en el banco.
—¿Qué tarea? Un momento... ¡La tarea!
—Déjame adivinar ¿Wattpad?—Cuestionó.
—No, esta vez no—Aclaró el rubio.
—¿Entonces?—Lo miró curioso.
—Memes...—Susurró bajando la mirada.
—No me sorprende—Suspiró—Deberías ser más responsable.
—La hice pero la dejé en la sala—Bufó apoyando su cabeza en el banco.
—Diría que mientes si no fuera porque es del chico demonio—Soltó el mayor.
—Estoy muerto, Jinnie, hazme el favor y deja Memes en mi tumba—Dramatizó el menor reincorporándose en su asiento.
Su amigo rodó los ojos seguido de una negación con su cabeza cruzándose de brazos, la profesora llegó sin darle al de pecas la oportunidad de quejarse.
—Suerte con la clase, Lee—Dijo el mayor guiñándole el ojo.
—Me vengaré, Hwang—Susurró moviendo su puño.
Hyun Jin respondió mandándole un beso volador.
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Había pasado una hora de clases cuando la profesora se paró de su escritorio, los alumnos desviaron la atención de sus respectivas actividades para escuchar lo que fuera a decir.
—Alumnos, como bien saben que la leyenda del chico demonio indica, el día en que el décimo quinto Rey del infierno cumpla los veinte mil años el elegido será revelado—Citó aquel párrafo que los estudiantes ya se sabían de memoria—La cosa es que... Falta poco para que la profecía se cumpla, un día para ser más específica—Varios se tensaron al escuchar esas últimas palabras provenientes de la mujer.