-NERVIOSA.-

146 11 1
                                    

Capítulo IV:

—¡No puedo aceptar esto!

—Sí puedes. Ya aceptaste...—Dijo sin desviar su mirada del camino.—Michael insistirá en que es parte de tu sueldo.

—Ni siquiera sé cuánto ni cuándo van a pagarme...—Me removí en el asiento ofuscada, era cierto... no lo sabía. —¿Cuánto pagan?

Pregunté totalmente curiosa.

—Lo suficiente.

—¿Eso que significa?

—Pagan bien señorita Choi.

—Nandi. —Insistí, no tenía caso que tuviese tanta formalidad conmigo. Éramos compañeros de trabajo... hasta ahora.

—De acuerdo, Nandi. La paga es buena.

Terminó de hablar y yo suspiré.

No dudaba que la paga sería buenísima, no obstante, no podía usar mil euros para salir de compras simplemente...

Tenía un debate mental al tiempo que aparcamos dentro de un centro comercial. El sitio era lujoso, elegante, con una fachada preciosa... no podía siquiera imaginarlo por dentro.

William se retiró el cinturón de seguridad y bajó de la camioneta indicándome que esperara. Rápidamente, dio la vuelta y abrió mi puerta ayudándome a salir.

—Debemos ir a cobrar el cheque. —Indicó.

—No tengo identificación...—Mentí.

—Está a mi nombre.—Interrumpió antes de que concluyera mi frase.—Yo lo cobraré.

Extendió el cheque con ambas manos para que lo observara. En él se leía su nombre completo.

"William Parker."

—Gracias...—Lo miré un par de segundos sin saber cómo dirigirme a él.

—Llámame Will.

—De acuerdo, Will.

Me sentía incómoda caminando a su lado en un lugar como este. Él iba tan bien vestido... con un pulcro traje negro y corbata roja, el cabello perfectamente arreglado... yo iba hecha un desastre. Con prendas deportivas que ni siquiera eran mías, una gorra para ocultar mi maltratado cabello y sin una gota de maquillaje al menos.

Transcurrió poco más de una hora mientras le esperaba; permanecí sentada fuera del banco hasta que apareció sonriente.

Parecía un hombre bastante serio, poco a poco me di cuenta que no lo era y que quizá podríamos llevarnos bien.

—¿Quieres tomar el efectivo o prefieres que pague por ti?

—Como gustes...—Respondí poniéndome de pie.

¡Vaya que este sujeto era alto!

—¿Cómo hacemos para que no parezca que eres mi guardaespaldas?

—La mayor parte de personas en este lugar vienen con seguridad. —Me contestó señalando hacia atrás con su pulgar.

Observé.

Era cierto.

Sobre todo, las mujeres. Debí suponerlo, más que nada por lo lujoso que parecía el sitio. A mi alrededor me percaté también del nombre de las tiendas... Únicamente marcas de renombre.

Seguramente estas señoras eran esposas de empresarios... o políticos, tal vez ellas mismas eran las empresarias... o gente de la farándula.

—¿No te aburrirá estar conmigo?—Inquirí después de husmear el aspecto de la gente rica.

Naturalidad. [Michael Jackson]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora