Capítulo 2

4.2K 277 121
                                    

Naruto despertó sobre la confortable cama, cubierto con las frescas sabanas de seda, observó a su alrededor confundido ¿Cómo llegó hasta allí?, si no mal recordaba después de protagonizar la paja de su vida -y mira que lleva más de mil años de vida- había ido hasta su lugar de hospedaje para asearse, después de pensarlo mucho -a decir verdad ni lo pensó- decidió asistir a la fiesta de Chouji, no quería hacerle el feo al líder -en realidad sólo quería ver a Hinata-, allí encontró a muchas diosas hermosas pero ninguna le pareció interesante así que decidió disfrutar de la fiesta en compañía del siempre accesible alcohol -en realidad se embriagó de decepción al no ver a Hinata en la fiesta- y como era de esperarse de quién toma mas alcohol del que su divino cuerpo aguante, terminó ebrio hasta la médula, aún que lo mas probable es que Arata, después de llegar con el regalo y al ser tan fiel a él -o por encontrarle en un estado lamentable- le haya llevado hasta la habitación.

Suspiró con pesadez, tal vez se había excedido con el alcohol, lo bueno de todo aquello era que a diferencia de los humanos, él no tenía resaca, ya saben, beneficios de ser un Dios tan sublime como él -en realidad sólo es necesario ser Dios para no tener resaca, es decir a ningún Dios le da resaca, pero dejarle presumir un poco-, se quitó la ropa y caminó hasta el baño, tomaría una reconfortante ducha para quitar todos los posibles -mas bien seguros- olores que estuviesen mancillando su cuerpo, ingresó en la tina y se le erizó la piel, el agua estaba helada, pero no se podía quejar, eso sería bueno para él, reposó sus brazos a los costados y se puso a tararear alguna canción que lo mas seguro es que haya escuchado de los humanos, pero que mas daba, lo estaba disfrutando.

Pasaron cerca de una hora, el baño había sido realmente reconfortante, bajó vistiendo un traje ceñido en color negro con detalles naranjas, ese era su color favorito, unas botas negras y por supuesto que una elegante capa negra, sonrió a su personal, ellos siempre trabajaban muy bien, no tenía quejas de ellos, fue hasta el comedor y allí se dispuso a esperar su desayuno.

-Buen día Arata -saludó alegremente a su fiel mayordomo y acompañante-

-Buena tarde mi señor, justo iba a su habitación para preguntar por su demor...

-Muero de hambre, trae mi desayuno -interrumpió jugando con el mantelillo de la mesa y sin prestar mucha atención al hombre-

-Lamento corregirle mi señor, pero son las tres de la tarde, por lo que es hora del almuerzo el cual esta servido en la terraza como lo solicitó

-¿Qué? -dijo evidentemente confundido-

-El señor Sai le espera desde hace veinte minutos -Naruto iba a rechistar cuando Arata continuó interrumpiendo al Dios- usted le invitó a tomar el almuerzo juntos, le avisé cuándo llegó y me ordenó preparar el almuerzo en la terraza.

-¡Haaaa!, lo siento Arata, no lo recuerdo -respondió rascándose la cabeza- creo que me dormí en la tina y respondí entre sueños -sucio mentiroso, ni de coña se había dormido, estaba ocupado en otros asuntitos que le hicieron hablar sin saber que decía-

Arata no se inmutó de la respuesta de su señor, es decir, tantos años de servicio ya le habían preparado para todo, incluso una vez lo encontró durmiendo mientras comía, y es que estaba profundamente dormido, pero también profundamente hambriento y todo eso mientras tenía sexo con una diosa de rango inferior, delante de eso, el que se quede dormido en la tina y aun así de ordenes es casi normal.

Se levantó de donde estaba con una sonrisa en el rostro y se fue hasta la terraza donde Sai le esperaba pintando el paisaje, parecía que era lo único que a ese Dios le importaba, pintar todo cuanto viera -sobre todo a Ino-, y hacer su trabajo en todo momento, sin descansos.

-Hola Sai -saludo alegre el rubio ofreciéndole la mano en señal de saludo

-Hola Naruto -sonrió este sin responder al gesto del otro

El Pecado De La PurezaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora