Luna

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Hace tiempo. Cuando el Saulcedes y el Alessie existían.

Saúl: Wow, la luna se ve hermosa esta noche.

Mercedes: Amor, ¿bajarías la luna por mí y me regalarías?

Saúl: *horrorizado agarrándola de los hombros* ¡¿Estás loca?! ¡Nadie tiene la fuerza para bajar la luna! ¡Sin mencionar las catástrofes naturales que se causarían con la ausencia de nuestro único asteroide natural! ¡¿Has visto el mar?! ¡Moriría! ¡CON TODOS NOSOTROS! ¡¿Y para qué?! ¡¿Solo porque tú la quieres?! *la sacude de los hombros* ¡Reacciona mujer! ¡Piensa de una buena vez!

Más tarde.

Saúl: *llega a su casa acariciando su mejilla y ve a Alexa sentada viendo televisión* ¿No tenías una cita semanal semi obligatoria con tu novio, cabello de fideo?

Alexa: Uno, no le llames así que tu novia tiene cabello de nido de ratas. Dos, no son obligatorias, fue un acuerdo mutuo.

Saúl: ¿Y tres?

Alexa: Se despidió de mí pronto. Estaba molesto conmigo.

Saúl: ¿Y eso?

Alexa: Es que... ¡agh! Dijo que me bajaría la luna y me regalaría y yo estuve regañándolo diciéndole el desastre que se formaría si eso pasase. ¡Y se enojo conmigo!

Saúl: ¡Que ridículo! ¡La importancia de la luna es vital! ¡Traté de explicarle eso a Mercedes! ¡Y me dio una bofetada!

Alexa: Que dramática es. La luna no es algo que se debe tomar a la ligera.

José: Ustedes dos son... Especiales.

Saúl y Alexa: Gracias *siguen discutiendo sobre la luna*

José: *susurrando* Espero que se queden juntos. Pobre alma la que se atreva a tener que aguantar a cualquiera de los dos.

Una asexual en problemas Donde viven las historias. Descúbrelo ahora