Mamá nunca me quiso decir que había al otro lado del gran muro que se encontraba fuera de la ciudad, el hecho de que estuviera vigilado día y noche, y las graves consecuencias que podría pasar si te atrapan, solo lo hacía más interesante a mis ojos. Y por fin, después de 16 años, lo atravesaría, esta noche; pero eso no sería todo, también conocería a mi novio. Yo se que es algo ilógico que sea mi novio y que no lo haya visto antes, me hubiese encantado conocerlo en persona pero el problema es que vivía al otro lado de la frontera, una razón más de mi gran curiosidad por esta.
Teníamos todo planeado, Diego me encontraría a la mitad del camino, junto a un río que atravesaríamos juntos para después subir el muro y poder reunirnos. Esperé por el cambio de guardias y tuve 2 minutos para atravesar el puesto de vigía y las cámaras. Llegando al río, me avente al suelo llena de cansancio. Mire hacia arriba y vi una gran luz iluminar el cielo, esa era mi señal, ya estaba aquí. Me levante y enseguida una luz me cegó, cuando recupere la vista, diferencie dos hombres, un niño de mi edad parado junto a un guardia de seguridad. Comprendí que el niño a lado del guardia, era mi novio. Había sido una trampa.