¡Holaa! Soy yo de nuevo, se que hace mucho no vengo por acá, en general me han pasado muchas cosas y me he olvidado de continuar este proyecto. En fin, traigo algo nuevo pero quiero dejar en claro que
HABLO DE UN TEMA MUY SENSIBLE
Escribí esto porque es la primera vez desde que deje de escribir, que había vuelto a añadir sentimientos a un texto mío. Aparte lo quería tener guardado en un lugar y que mejor que compartirselo a la gente que lea lo que escribo.
Sin más que decir se los dejo, los tqm
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Tenía 10 cuando todo comenzó. Mamá había invitado a mis tías y primos a comer como lo hacíamos todos los Domingos, me encontraba jugando con mis primos y mi hermana en el patio trasero. Estuvimos corriendo y cantando toda la tarde hasta que llegó la hora de la comida.
-Marcela, ¿Cómo puede ser que te sientes en la mesa toda sucia y sudada? ¡Anda, ve a cambiarte! - Ordenó mi mamá, por lo general me dejaba sentarme a la mesa como fuera que estuviera, pero le gustaba impresionar a mi tía. Así que no rechiste y subí a mi cuarto a cambiarme. Me gustaba mucho el vestido que llevaba puesto y, a decir verdad, no estaba realmente sucio, pero desde que a hubo unos problemas con mi primo Simón, mamá no había dejado de demostrar a mi tía Lucía los valores que me habían inculcado y lo obediente que era. Al parecer Simón, que es 13 años mayor que yo y aun así juega conmigo cuando se lo pido, estuvo enfermo un tiempo y cuando le pregunté a mamá porque no había venido a llevarme al parque como lo había estado haciendo 2 meses antes de dejarlo de ver, me dijo que estaba enfermo de la cabeza, creo que por unos dolores de cabeza muy grandes que tenía; la buena noticia es que ya estaba bien y había podido venir a visitarnos.
Al final me había me iba a poner un short y mi blusa favorita ya que hacia algo de calor después de perseguir a mis primos por todo el patio, cuando veo a mi primo Simón saliendo de mi baño.
- ¡Hola Simón! ¿Ya viste los nuevos juguetes que tengo en mi bañera? ¡Salen muchas luces de colores cuando oprimes un botón! - le pregunté entusiasmada, por lo general siempre me pedía que le enseñara mis juguetes nuevos, creo que en cierta parte es porque extraña jugar con los suyos.
- ¿De verdad salen luces de diferentes colores, Por qué no me enseñas? - Asentí emocionada, ya que era la primera vez que veía a Simón desde que se enfermó y había extrañado jugar con él.
Me dirigí otra vez al baño con Simón detrás de mí, por su sonrisa puedo decir que también me extrañaba. Entramos al baño y busqué mis juguetes para enseñárselos cuando Simón dijo. -Tu mamá dijo que te tenías que meter a bañar y que yo te vigilara.
Eso me pareció extraño, ya que mi mamá también me hubiese dicho a mí directamente. – Mmmm, está bien, solo iré a avisarle a mamá que tardaré un poco más por bañarme.- Di un paso hacia la puerta, pero Simón se interpuso y movió el candado de la puerta.
-No hace falta decirle, tardaras más, ven deja te ayudo.
Esa fue la primera vez que Simón abusó de mí. Yo no sabía que hacer o pensar. "¿Habrá sido por mi culpa?, ¿Me lo merezco?, ¿Por qué lo está haciendo?" era preguntas que nunca dejaron mi mente durante 3 años. Y me atormentaban porque bien me dijo: -¿Sabes? Hice unos amigos mientras estaba enfermó. Sí dices algo, mis amigos te van a buscar y van a querer jugar contigo y mi prima Rocío. Así que ten cuidado con lo que sale de esa boquita- y sin más salió de mi baño, dejándome aún descubierta y sucia. Después de que salió me metí a bañar y por más que me tallaba e intenta quitar la suciedad que sentía, nada logro que dejara de sentirme así.
Comencé a llorar, me dolía mi cuerpo y entendía nada de lo que acababa de pasar; me acosté en la cama y tapé mi cuerpo con la cobija, ver mi cuerpo solo hacía que las imágenes de lo acababa de pasar vinieran a mi mente, aun podía sentir como tocó mi cuerpo aun que yo le rogara que parará. Pensé en salir a decirle a mi mamá lo que había pasado, pero me resultaba difícil moverme o caminar, además, si decía algo mi hermana también iba a pasar por lo mismo. Rocío solo tenia 6 años, no podía dejar que algo así le pasará, no quería que se sintiera tan vacía y dañada como yo me sentía en ese momento.
Las lagrimas caían y caían, estaba tan metida en mis pensamientos que no escuche cuando alguien entro a mi cuarto. Guardé mi respiración.
-¿Ves tía? Esta dormida. Cuando me la encontré en el pasillo me dijo que estaba cansada, tomaría un baño y dormiría un rato. Pero como no nos habíamos visto en un tiempo, me enseño sus juguetes como siempre y luego se metió a bañar, después de eso baje con ustedes.- Me quede quieta, ni siquiera me atreví a respirar en cuanto escuche su voz. Al parecer a mi mamá le basto su explicación, porque solo suspiró y salío de la habitación. Escuchar como se cerraba la puerta fue señal de que se habían ido y que el aliento podría volver a mis pulmones. Hubiese seguido llorando, pero sentí una mano que me tapo la boca y me jalo de la cintura hasta el extremo opuesto de la cama. Me agarró con fuerza sin permitirme moverme o pedir ayuda. El terror llegó a mi cuando dijo.- ¿Jugamos de nuevo?