Capítulo 1 - Yuri

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La época de lluvia había empezado, por suerte llegué a este pequeño restaurante antes de terminar empapado.

Últimamente se me ha hecho la costumbre de buscar un lugar tranquilo para leer.

El apartamento se ha vuelto un poco bullicioso desde que mis compañeros decidieron empezar a grabar vídeos y subirlos a YouTube, la verdad temo terminar envuelto en algún tutorial o blog.

A pesar de tener 23 años y cursar el último año en la universidad en la carrera de negocios, sigo siendo un poco tímido a cualquier presentación pública. Aunque pensándolo mejor, lo era mucho más antes. Uno de mis compañeros y también mi mejor amigo, Phichit, me ha ayudado mucho a mejorar en ese aspecto con su extrovertida forma de ser.

La mesera se acerca a dejar mi taza de café, sonrió con deleite al poder disfrutarlo, con lluvia y un buen libro, sumándole a eso la exquisita música de Frank Sinatra que suena en estos momentos, bien podría volverme cliente frecuente de este lugar.

Junto a la ventana tengo una vista excelente de la calle, la gente pasa con sombrillas de distintos colores, aunque en su mayoría son colores sobrios. Regreso a mi lectura y paso pagina tras pagina.

Los libros para mi, son como una escapatoria, una apertura a diferentes mundos. Cada libro con una historia y personajes, un mundo ficticio en el que sumergirse y vivir momentáneamente, recuerdo las palabras de George R.R. Martín al decir que "Un lector vive mil vidas antes de morir. Aquel que nunca lee vive solo una".

De un momento a otro, la lluvia suave empieza a golpear el vidrio con intensidad, me asegura que estaré acá un par de horas mas y aunque sé que tengo tareas de la universidad que completar, quiero darme este espacio para vaciar la mente.

Adoro el petricor o también llamado el aroma de la lluvia, cuando las gotas de agua golpean el suelo seco me hace suspirar e inspirar profundamente. Cada vez que alguien entra a este pequeño restaurante la campanilla de la puerta suena y la brisa trae a mis fosas nasales dicho aroma, luego de un rato me he acostumbrado sin embargo lo sigo disfrutando.

Escucho la campanilla una vez mas, y llega a mi nariz ese aroma de lluvia nuevamente, sin embargo tiene un aroma extra mezclado, es maderoso con ligeras notas en almizcle y cítricos. Levanto la mirada cediendo a mi curiosidad y veo a un hombre empapado por la lluvia, su cabello plateado se pega a su cuello, se retira el abrigo empapado para colocarlo en el perchero y tiembla ligeramente por el frío, gira su rostro hacia mi, pues es la entrada natural a la instancia y me pierdo completamente en sus profundos ojos azules.


SlowlyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora