Dicen por ahí que los principios de nuevas oportunidades siempre te ponen un nudo en el estómago, que son un poco más difíciles y que te dejan sin dormir el día de antes.
Y cuanta razón.
Estoy aquí en el lado derecho de la parte trasera del coche de mis padres. Asustada. De camino al aeropuerto.
Dicen también que da un poco de miedo. Pero supongo que no pasa nada. Es normal que le des vueltas a la cabeza sin saber que va a pasar, sin saber si vas a acertar, si vas a hacer las cosas bien o si te sentirás orgulloso el día de mañana.
Yo no lo sé, no se si esto que voy a empezar hoy va a hacerme feliz, si el día de mañana me sentiré orgullosa. Ojalá saberlo. Estoy muy nerviosa.
-¿Estás segura de esto,Valeria?-pregunta mi padre de la nada.
-Papá, sabes que si no lo estuviera no lo haría. Sabes que lo necesito.
Mi padre suspira.
-te voy a echar de menos.- suelta él.
- yo también a vosotros. Os quiero mucho.-respondo
Y mi hermana mayor, María, me da un fuerte abrazo.
Yo soy la mediana de 3 hermanos. Mi hermana mayor, Maria, tiene 18 años. Es para mi como mi gemela. Nos llevamos casi 2 años pero nos hemos criado como gemelas, todo el mundo se cree que lo somos. Es guapísima, muy morena de piel, alta y siempre con una sonrisa. Nos queremos mutuamente muchísimo y no solemos discutir.
En cambio con mi hermano pequeño, Martín, me llevo a matar. Lo quiero muchísimo pero nos pasamos el día peleando. El tiene 13 años, ósea que me llevo casi 4 años de diferencia con el. Es demasiado guapo; ojos claros y piel morena. Lo odio pero es guapo, algo bueno tenia que tener.
-Yo no te voy a echar de menos, Val- dice Martín riéndose.
-Yo también te quiero Mart- le respondo yo ariscamente.
Si, en mi familia estilamos esto de acortar nombres. Desde siempre lo hacemos, no sé muy bien el porqué.
Que alguien me quite los nervios ya. No puedo más. Me gustaría llorar, no se si de la emoción o los nervios, pero mejor no lo voy a hacer por no poner más nerviosos a mis padres.
Aún no lo he dicho, tengo 17 años y hoy emprendo una nueva vida. Hoy cojo el avión dirección Londres.
Creo que me vendrá muy bien un tiempo allí, alejada de todo y además aprendiendo inglés, que me vendrá muy bien para mi futura vida laboral. Ninguna vida laboral tiene tanto valor como la persona que habla a la perfección diversas lenguas, o esa es mi opinión. Además, la primera causa por la que voy es para hacer una cosa muy importante de lo que más me gusta, del mundo de la moda.
Ya hemos llegado al aeropuerto, es mi primero viaje sola. Tengo miedo de todo. Hasta ahora todos mis viajes los había hecho con mi familia, aunque esta vez no es un viaje de ida y vuelta... o eso espero.
Salgo del coche y me dirijo hacia el maletero pero mi padre me adelanta y me saca el la maleta. Mi madre me coge del brazo y todos nos dirigimos hacia dentro del aeropuerto. Mi hermano, como no, haciéndome rabiar, me pone la zancadilla.
-Martín, ¿te puedes estar quieto, por favor? Al final terminarás sin jugar a la play.- le dice mi madre con tono de nervios pero a la vez de enfado.
-jope, ya estás amenazándome con la play.- se queja el.
Vuelve el silencio. Martin se pone al lado de mi padre y no vuelve a hacer nada más, creo que se ha dado cuenta que es un momento tenso para los demás, un momento de nervios.
Termino de facturar la maleta y me despido tristemente de mi familia. Los quiero un montón. Incluso mi hermano Martín me da un abrazo y me dice en el fondo te voy a echar de menos. Me encanta que aunque nos llevemos a matar en el fondo nos queramos un montón.
