Cap 2

11 0 0
                                    

Ambos quedamos en silencio...

Me miró fijo.

-¿Quién te lo dijo?

-Nadie- contesté con la mirada en el suelo.

-Dime la verdad- recriminó.

-Lo escuche cuando estaba apunto de entrar en el aula.

-Ah.

El silencio reinaba en el ambiente, la tensión aumentaba, yo no podía soportarlo mas, así que me dirigí hacia la parada del autobús. De pronto, sentí una mano sosteniendo mi brazo.

-Lo siento, no me dejes- dijo con una voz quebrada aquel joven.

Mi corazón dolía, pero que mas podría hacer. Me limité a zafar de su agarre y seguí caminando.
Llegué a casa, me encerré en mi habitación a escuchar música y pensar.

¿Por qué me sentía así? Sabia que era un juego para él, creo que mi desesperación me ilusionó y me jugó en contra. Solo quedaba una solución. Olvidar.

Al día siguiente, no quería ir a la universidad, porque el estaría ahí. Pero tenia que afrontarlo, no podía escapar. Entré, me senté, saqué mis cosas, me sentía muy nerviosa pensando que me miraría pero fue todo lo contrario, era como si nos esquivásemos mutuamente. Llegó la hora de salida, caminando encontré a Key.

-Hola, Key Umma- dije con mucha alegría.

-Hola mi pequeña ¿Cómo has estado?- me dijo dulcemente.

-No puedo mentirte, no he estado muy bien en estos días.

-Cuéntale a mamá.

Comencé a narrar mi historia trágica, o como yo lo veía. Sin dudas, Key siempre aliviaba mis dolores del corazón, siempre me levantaba el animo, me hacia muy bien habla con él...

Cambio de Narrador

Salí, me sentía totalmente aliviado cuando vi a Romi con un joven de cabellos rubios, un look que a cualquier chica le gustaría. Era perfecto.

-Celoso- dijo apareciendo entre la sombras Elizabeth.

-¿Quién es?- pregunté intrigado.

-Es el novio de Romi- dijo sarcástica.

-Te estoy preguntando en serio- dije algo molesto.

- Y yo te estoy contestando.

No tenía caso que siguiese con mis preguntas, solo perdería mi tiempo. Pero al verla tan feliz, sentía como mi corazón se partía y se volvía a partir en trozos mas pequeños. Y no podía evitar pensar.

Creo que Elizabeth me dijo la verdad, soy un idiota todo por querer divertirme terminé enamorándome. Si, el fantástico rompecorazones Choi Minho se había enamorado.

Al otro día, la misma batalla tener que verla lejos de mí, sentir un dolor atroz y sentirme un idiota. Mirarla cuando no me mira, evitar cruzarnos o interactuar.

Era agotador, el tiempo se hacia eterno, yo agonizando, el profesor que hablaba de la mente como una caja negra, y Romi me odiaba. Por fin llegó la hora de retirarme de ese infierno. Me dirigí hacia la salida.

Caminando perdido entre mis pensamientos, pude divisar a Romi. No sabia si acércame a ella, tenia dos teorías una era que lo mas probable es que me odie aun mas de lo que ya lo hacia. Otra era que me ahorque con el cable de los auriculares. Opté por la segunda.

De pronto, vi que caminaba en zigzag, luego se reposó en la pared. Supuse que algo andaba mal. La seguí de cerca, cuidando que no se percatara de mi presencia, cuando de repente se cayó. Un sentimiento lleno de angustia me invadió por completo, fui corriendo para evitar su caída, no me importaba lo que sucedería después pero no podía dejarla tocar el suelo. La tomé entre mis brazos, era una sensación de alivio, se sentía tan bien.
Sus ojos me miraban con asombro, yo bajé mi cabeza observando solo sus labios. Pude ver como se movían para soltar esas palabras. Primero pensé que me diría que me largara o me golpearía, pero en lugar de eso me agradeció por haberla sujetado.

Se sentía tan bien...

Una segunda oportunidadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora