Retales de ti en mi

Capitulo 3

2007

La vida pseudo perfecta se había terminado, sabíamos que no había retorno pero aun así teníamos ese extraño poder de negarlo mentalmente día tras día con la inocente esperanza de que el regresara para rescatarnos a todos, con la esperanza de que volvería y nos llevaría a ese enorme y lujoso edificio en el que vivia.

Ningún padre en su sano juicio abandonaría a su hija enferma, la soledad también podría ser catalogada como una enfermedad no? me sentia sola aun viviendo con otras 5 personas bajo el mismo techo de aprox 40mts2. El mio si, yo era una carga lo suficientemente pesada como para que esos 120kg de debilidad en forma de padre no pudieran tolerarme durante el resto de su vida en su mochila.

Vivíamos solos junto a mi madre, o eso creíamos. Vivir de prestado en casa de un familiar nunca es demasiado bueno pero tampoco es suficientemente malo como para no tolerarlo. En realidad vivir abajo del puente Pueyrredon no era una opción lo suficientemente buena como para mostrar a los demás lo perfectos que seguíamos siendo sin el.

No nos habia abandonado, era solo algo temporal.

Esa minuscula casa de 2 ambientes tenia el lugar suficiente para que viviéramos 6 personas, nadie tenia privacidad pues nadie la necesitaba, quien necesita privacidad estando tan cerca de la horrorosa adolescencia no?, así que me limitaba a hacer de mi lugar en el mundo la parte superior de aquella vieja y ruidosa cama marinera que debía compartir con mi hermano. En la pared se podían leer desde notitas suicidas en forma de poemas sin sentido, con letra casi mas pequeña que la de un machete escolar, hasta los días contados, cual preso esperando al día de su libertad, para mi próximo cumpleaños.

No podía llorar en paz, eso claro esta. Creo que fue esa obligada represion la que hoy me invita a llorar todas las noches antes de dormir.

Los cambios a temprana edad nunca son buenos, ningún tipo de cambio. A menudo dejan a su paso pequeños traumas imposibles de superar... es innegable.

NO bastaba con mudarnos y tener que lidiar con la idea de cuidar de mis hermanos durante todo ese verano, evitando dejarme sobrevivir en paz, sino que ademas ya había egresado de la primaria y no tenia ni puta idea sobre que iba a ser de mi futuro. Para mi no había futuro después de una espantosa infancia, pero darlo como respuesta al típico y mal acostumbrado "¿que vas a estudiar después de la secundaria Camilita?" iba a ser lo suficientemente bochornoso como para que me encerraran en un loquero o me inyectaran algún calmante equino. Que alivio para mis padres que me encerraran entre 4 paredes al cuidado de alguien mas no? ya les contare un poco mas acerca de este ultimo tema.

9 de marzo, todos los estúpidos humanos de mi edad desfilaban por la puerta de la casa de mi abuela casi como si estuvieran arriba de una pasarela en París, con sus asquerosos y blancos guardapolvos o sus uniformes de Xuxa monjita sumisa de dios, sus relucientes mochilas de Floricienta, las tan deseadas zapatillas John Foos de colores que estaban de moda y sus amigas agarradas del brazo creando una inmensa muralla a todo aquel que se atreviera a separarlas. Yo solo me sentaba durante horas, o lo que para mi solían ser horas, al lado de esa reja esperando a que mi madre regresara de trabajar. A menudo solía encerrar a mis hermanos para tener un momento de paz, lo necesitaba y no me culpo, hoy con 18 años volvería a hacerlo. Solo que esta vez ya no los amenazaría con una cuchilla desafilada para que dejaran de gritar y pelear entre ellos, se los clavaría sin angustia alguna en cada uno de sus delicados y cuidados corazones.

Mi madre solía llegar todos los días con una vivencia o noticia nueva, tener su primer trabajo oficial a los 34 años era toda una aventura, cuidar a tus hijos 24/7 para mi no calificaba como trabajo sino como obligación. Me gustaba creer que ella confiaba en mi y me contaba todo lo que sucedía durante el trayecto de su día, me contaba lo que le convenía por supuesto. Muchos años después pude entender que el ámbito laboral no siempre es tan bello como las películas te lo muestran.