Primer día
Todo empezó el primer día de clases, un día normal, desperté cómo siempre con la voz de mi mamá diciendo:
-Hija, despiértate, ya es la hora.
Me levanté, no tan alegre, creía que el colegio era una manera de destruirse poco a poco. Llegó el momento, mi tía llegó yo ya estaba lista para irme, me recogió yo me puse los audífonos y sonó One day -Kodaline una de esas canciones que por lo menos ayudan a sentirte un poco mejor contigo mismo y con tu vida tan miserable. Mi tía me dejó, me quede un momento observando lo que tendría que aguantar y alguien tocó mi hombro era mi mejor amiga que con su voz nerviosa y ansiosa dijo:
-¿Preparada para entrar?
Le respondí con un tono sarcástico: -Sí, como siempre.
Caminamos hacia nuestras clases que desde lejos observamos a todos saludándose y diciéndose lo mucho que se extrañaron, mi amiga y yo no éramos tan populares así que pasamos por desapercibidas, pero en un momento sentí que alguien tomó mi mano y me llevo hacia él, era mi mejor amigo que estaba justamente con la persona que me gustaba, la persona más perfecta que existe, con sus ojos verdes, su pelo acomodado para un lado de color dorado simplemente el tipo imposible de la generación, hablaba con él porque se había convertido una de esas personas con la agarras confianza muy rápido además hablamos en una actividad del colegio y desde ese momento comenzó todo. Decía que era imposible ya que le gustaba a mi mejor amiga además no creía que el me viera con otros ojos. Mi mejor amigo sabía que no me gustan los abrazos ni la muestras de cariño en sí pero eso no lo detuvo para darme un abrazo y decirme:
-Que raro, no iba a saludar.
Yo le contesté: -No te ví, lo siento.
Me volví estaba él de pie con su sonrisa de oreja oreja, sabía que no era tan real pero a un así me alegraba verlo, él, me dijo:
-Gracias también por saludarme.
Dije: -Tampoco te ví lo siento. Me llevo hacia su pecho y me dio un abrazo, por dios fue el mejor abrazo que he recibido en toda mi vida, era justo lo que necesitaba uno de esos abrazos que unen todo lo roto que tienes dentro de ti, lo aproveche los pocos segundos que duraron, me alejé de él y me fui con mi mejor amiga.
Sonó la campana de entrada a clases, empezamos a presentarnos y el día se fue en eso, sonó la campana y salí lo más rápido que pude para no encontrarme a nadie, me fui directo a un lugar alejado donde nadie llegara y me interrumpiera, pero llegó él y dijo:
-¿Porqué tan alejada?
Le contesté nerviosa. -Quería estar a solas.
-El nervioso contestó: -¿Estás bien?
El sabía que yo no estaba bien, sabía que tenía problemas familiares y personales así que siempre estaba pendiente de que estuviera bien, igual a cómo yo lo estaba de él.
-Sonó el pito de mi microbús. -Sí estoy bien, debo irme.
-Te acompaño. Respondió temeroso.
No podía evitar sonreír, se me salía una risa nerviosa al verlo junto a mí, al ver que sus perfectos ojos color verde me miraban, creo que fue la mejor parte del día.
-Llegamos. Dijo él.
-Sí, gracias.
Me agarro la mano y me llevo hacia su pecho otra vez, y me decía a la vez:
-Cualquier cosa que necesites estaré ahí.Lo abracé aún más fuerte, y le dije: -Lo sé, sabes que yo también estaré ahí cuándo lo necesites.
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Dear, Bad Neighborhood.
Teen FictionTodos somos iguales dicen, ¿cierto? Todos somos seres humanos, todos tenemos nuestra forma de auto-destruirnos y construirnos. La mía era diferente, soy una adolescente depresiva, una persona invisible, una persona muy diferente a los demás, con dif...