Parte 3

66 7 0
                                    

Cuarta noche consecutiva en que Nicaragua se hallaba con insomnio. Fuertes héroes de pie frente a las universidades, defendiéndose de la policía que el gobierno había enviado. Para este punto todos sabían el motivo por la cual tenían que resistir: antes morir que estar de rodillas de nuevo.

Para un gobierno asustado, tramposo y cobarde el ver que su pueblo se levanta es siempre un problema. Creen siempre tener la razón. Desean, por encima de todos, aferrarse a la silla del poder que consiguieron hace tiempo, olvidándose que fue el pueblo quienes primero creyeron en ellos. ¿Mas de qué vale eso cuando se está sediento de poder? Vivían creyendo que el poder era eterno, olvidándose que la historia siempre ha favorecido a aquellos que por y para la justicia luchan.

"Y aunque somos un país pequeño, ya contamos con mil inviernos. (...) Somos hijos del maíz" canta el pueblo, esparcido por todos lados para tratar de defender sus creencias. Sus vidas. Su futuro.

A la policía, a la llamada Juventud Sandinista... piensen en lo que hacen e imagínense dentro de 10 años más. Díganme, ¿estarán orgullosos de las acciones de ahora? ¿Llevarán con orgullo la sangre de los estudiantes con las que se han manchado las manos? ¿Cargarán en su consciencia todas las personas cuya familia han arrebatado? Cuénteme qué tan orgullosos estarán. Díganme cómo se siente ser recordado por la historia como asesinos, como opresores, como dictadores o lameculos de la pareja en poder. Díganme, ¿se siente bien? ¿Sonrieron bajo esa idea? Entonces están en el lado equivocado de la historia.

Dolor del puebloWhere stories live. Discover now