hermanos...
siempre fuimos eso y no seremos nada más ¿cierto?
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¿quien pensaría que el serio karasuma tadaomi hubiese estado casado? ¿y con hijos? pues se sorprenderán a la llegada de ciertos mellizos con ciertas similitudes a este agente del...
Ahí estaba el azabache rodeado de chicas y recibiendo una que otra carta de confesión, abrumado el chico buscaba con su mirada a su melliza para pedirle ayuda, pero no la encontraba por ningún lado
-¡kyaaa! ¡es tan lindo!.-chillo una de las chicas.-incluso más que asano-san
-hai, creo que no podría decidir entre karasuma-san e isogai-sempai.-chillo otra sonriendo con un pequeño sonrojo
-esto, gomen chicas. pero tengo que irme.-se excuso pasando entre la multitud para luego salir del salón
Una vez fuera soltó un suspiro de alivio, para luego encogerse de hombros ante las miradas asesinas que algunos chicos le dirigían
-*no es mi culpa que ninguna chica les presté atención...*-pensó guardando las cartas en su mochila.-ahora...¿donde te as metido tsuki?
Comenzo a caminar por los pasillos de aquel edificio buscando con la mirada a una pelinegra de ojos azules grisáceos oscuro, tan oscuros que parecían negros. por lo tanto se asimilaban a los de su padre, salió del edificio al campus y ahí la encontró observando con curiosidad la infinidad de escaleras que conducían a la sima de una montaña
-¡aquí estás! te estuve buscando por horas.-se acerco a ella.-¿que haces?
-no as notado que papá siempre sube esa montaña apenas nos ve entrar al edificio.-dijo dándole un sorbo a su jugo de fresa
-ahi es donde está la clase 3-E. no se porque los de este edificio los discriminan.-miro la montaña con curiosidad
-es algo simple de deducir...-murmuro la chica.-vaya modo de hacer que los alumnos saquen buenas notas
-si, pero es algo cruel...-susurro
-oye...-dijo con una sonrisa
-no, tsuki. estamos en clase.-se adelantó a decir el azabache
-ho vamos, no será la primera vez que nos salteamos clases.-se volteo a mirar a su mellizo.-por favor
Hizo un puchero y puso ojos de cachorro mojado, el azabache desvío la mirada con un leve tono rosa en sus mejillas y cediendo ante la suplica de su hermana suspiro y asintió
-deacuerdo, pero te echaré toda la culpa si nos llegan a pillar.-advirtió caminando hacia el interior del edificio
La pelinegra lo siguió asta la salida del edificio sin importarles que todos los estén viendo salieron y con toda libertad comenzaron a subir los escalones que dirigían hacia la montaña
