hermanos...
siempre fuimos eso y no seremos nada más ¿cierto?
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¿quien pensaría que el serio karasuma tadaomi hubiese estado casado? ¿y con hijos? pues se sorprenderán a la llegada de ciertos mellizos con ciertas similitudes a este agente del...
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—haaa una semana sin vídeo juegos...-murmuro la azabache bajando la montaña
—eso sacamos por hacerte caso.-refunfuñó su mellizo
—pues ahora ya sabes lo que pasa por seguirme y no detenerme.-bajo el último escalón de un salto
Y comenzó a andar hacia la entrada del edificio dando pequeños saltos mientras el azabache la observaba con un semblante divertido
—*y luego dice que no es infantil*.-pensó sonriendo
Juntos caminaron por los ya vacíos pasillos hacia su respectiva aula, abrieron la puerta y caminaron hacia sus lugares agarrando sus mochilas y guardando los libros que había encima
—un sobre...-murmuro observando con detenimiento aquel sobre blanco
—¿a ti igual te dejaron uno?.-se acerco a ella
—si.-asintió.-no será una confesión ¿verdad?
—no lo creo, normalmente los sobres son de colores no blancos además los chicos se te declaran de frente.-sonrio
—si, y según veo tu ya recibiste muchas cartas de confesión.-sonrio alejándose de su hermano y dirigiéndose hacia la salida
—oye no me digas que estuviste ahí y no fuiste capaz de ayudarme.-le reprocho su hermano siguiéndola
—¿quien soy yo para acabar con las ilusiones de unas simples chicas enamoradas?.-sonrio de lado mirando a su mellizo de reojo.-además a ti siempre te ha gustado tener la atención de las chicas
El azabache abrió su boca para objetar pero no tenía nada que decir a eso puesto que era cierto, así que siguió a su hermana en silencio quien tenía una pequeña sonrisa divertida en su rostro al salir del edificio vieron que el auto negro de su padre aún no se encontraba ahí
—aun no llega.-murmura
—esperemos aquí, mientras iré a por un jugo.-señalo detrás de si hacia donde se encontraba la máquina expendedora.-¿quieres algo?
La chica negó con la cabeza y el chico se alejó, la pelinegra aprovecho para ver de qué se trataba aquel sobre. habían pasado unas semanas desde que entraron a esa escuela y tal parece que el profesor de su clase estaba más que feliz con su presencia y la de su hermano, abrió el sobre sacando el papel que se encontraba dentro
—veamos...-murmuro desdoblando el papel.-consejo estudiantil
Queremos que sepa que estamos muy felices en recibirla en nuestra escuela, según he visto y oído usted tiene grandes cualidades que enorgullecen al profesor que nos enseña. sería un honor recibirla algún día en la sala del consejo estudiantil y tal vez poder darle un puesto en este, si acepta está invitación la esperare mañana en la entrada de la escuela
