Reconozco mi error.

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Narra Ámbar.

Era de mañana y todos seguían dormidos, todos menos yo, mire la hora y eran las 6:37.a.m. Hoy íbamos a entrar a las ocho, así que solo había profesores. Estuve un rato viendo la ventana, hasta que despertó Simón.

-Buenos días dormilón.-le dije deispenando su cabello.

-Buenos días rubiesita.-dijo mientras me desipenaba mi cabello.

-Oye... ¿No tendrían que estar llegando a alumnos?.

-Si, pero hoy entramos a las ocho, así que solo debe haber profesores.

-¿Y no habrá alguien que nos pueda sacar, no se un conserje o alguien?.

-Si, creo que si.-dije mientras me levantaba y Simón me seguía.

-No veo a nadie.-dijo Simón.

-Tampoco yo. Pero creo que la única solución es gritar hasta que nos saquen de aquí.

-¿Y si levantamos a los demás? Así podríamos gritar.

-Sí, seria una buena idea.-dije mientras íbamos hacia los chicos.

-¿Y como los despertamos?.

-Voy a gritar, así que taparte los oídos.-le dije cuando el se los tapó-. ¡¡¡Ahhhhhhh!!!.-grite muy fuerte, que Jim y Yam se cayeron.

-¡Auch!.-se quejaron las dos.

-Perdón.

-¿Que te sucede Ámbar?.-pregunto Matteo quejandose.

-¿Porque gritaste?.-pregunto Luna.

-Si grite, era para levantarlos, ya es de mañana, no nos podemos quedar aquí hasta las ocho de la mañana.

-Pero todavía no hay ningún profesor.-dijo Delfi.

-No, pero si hay conserjes.

-¿Y que hacemos para que nos saquen?.-pregunto Nina.

-Fácil Nina, gritar.-dijo Simón. Todos nos pusimos enfrente de la puerta y empezamos a gritar como niños chiquitos, hasta que se abrió. Todos salimos rápido, pero el que abrió la puerta, no era un conserje, sino el director.

-¿Que paso que se quedaron encerrados?.-pregunto cuando todos se miraban para una excusa-. ¿Y bien?, ¿quien los encerró?, ¿y ustedes no son de esta esta institución?.

-Señor director, ellos nos son de esta escuela, y yo fui quien los encerró.-dije cuando todos me miraron.

-¿Porque hizo eso?.-pregunto.

-Solamente estaba enojada, y creía que la mejor forma de estar tranquila, era encerrar a las chicas. Yo me fui al parque, y Matteo me trajo aquí, los chicos vinieron para tratar de abrir la puerta pero era imposible, les di las llaves y abrieron, todos nos metimos al salón, cuando queríamos salir, ya no se podía porque las llaves estaban afuera.

-Usted "creía", ¿usted cree que esta bien encerrar a la gente solo para estar tranquila?.

-No.

-Quiero que vaya ahora mismo a la dirección, y ustedes chicos, sus padres están aquí, están en la dirección.

-Gracias.-dijeron todos mientras el director se retiraba.

-¿Ámbar, porque  hiciste eso?.-pregunto Delfi-. Si fuimos las dos, no te culpes a vos misma.

-Delfi, esta fue mi idea, así que si te preguntan si sabes algo de esto, tenés que decir que vos no sabes nada. ¿Entendido?.

-Si, pero no me convence mucho lo tuyo.

Juntos hasta él final.| Gastina | Lutteo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora