CAPITULO 1

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Te miras en el espejo y sientes el vacío en tu interior, te odias y te decepcionas a ti misma a ver en lo que te has convertido, pero ya es tarde para volver, llevas años aguantado todo, enfrentando a tu repugnante familia y al cretino de tu marido para conseguir tus objetivos. Observas las facciones de tu rostro y los opacos ojos jades que te acompañan desde los 16 años.

––Señora Hyuga usted es una mujer muy hermosa –– La voz tenue de la mujer te saca de tus pensamientos, regresándote a la realidad.

Sonríes falsamente, pero ni ella ni nadie se da cuenta, los años te práctica hicieron creer a los demás y a ti misma que era real aquella sonrisa.

––Me halagas jovencita, pero tendré que discrepar tu apreciación porque no me considero tan bonita –– le responde de forma dulce sin perder la sonrisa en tu rostro.

La joven niega varias veces con la cabeza y continúa retocando tu rostro mientras te ve con tanta admiración, delineo tus cejas un poco para continuar platicando.

––Me encantaría ser como usted señora Hyuga; una mujer hermosa, preparada, encantadora, tiene un hombre que la respeta y está profundamente enamorado de usted –– la joven hace una pausa y suelta un suspiro y agrega al final –– usted es un modelo a seguir señora Hyuga

Las palabras de la joven te hacen perder la sonrisa por un instante y tus ojos se oscurecieron al saber la realidad de tu vida, las ganas de gritar resurgieron nuevamente.

––Ya terminaste, la entrevista está por comenzar –– anuncia con seriedad una mujer rubia vestida de traje y mirada sería intimidando a la joven –– Señora Hyuga ya es hora de ir al set de grabación.

Asientes con la cabeza, te pones de pie y tomas la mano de la joven sorprendiéndola.

––Muchas gracias por admirarme, disculpa a Ino ella no suele ser así –– la joven suelta una sonrisa en aceptación ––hiciste un gran trabajo me veo como si tuviera 20 años de nuevo.

Sonríes y sueltas la mano de la joven que sonrió aún más por tu comentario.

––Vamos Ino–– indicas saliendo de la habitación con la rubia detrás de ti.

Al llegar a la soledad de los pasillos te detienes.

––Ino no me hagas recordarte que cuides tu lenguaje, cualquier agravio contra cualquier persona no está permita –– indicas de forma fría sin voltear a ver a la mujer.

––lo siento, no volverá a pasar ––manifiesta inclinando levemente la cabeza.

No respondes y continuas tu camino.
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Al otro lado de la ciudad un rubio se bajaba de forma aburrida de una camioneta van modelo 2011, hace frio y el viento sopla con fuerza, subió el zipper de su chaqueta y abrió la puerta lateral para sacar sus implementos de trabajo, al cerciorarse que todo estaba listo miro el edificio frente a él y resoplo fastidiado..."ahora estaría frente al televisor viendo la novela de las 9 de la noche con un tazón de ramen al lado, para pasar otro noche más". Te dices a ti mismo con irritación.

––¿Qué haces aquí? –– Detuvo tu camino un regordete hombre en la entrada de la edificación. El uniforme pegado haciendo más visible la barriga y un tolete pr-24 de policía en su cintura y con una postura patética te hizo entender que era el guardia del lugar.

Elevas una ceja, mientras detallas con sorna al hombre frente a ti, que tipo entrenamiento les dan a estos hombres para terminar así.

––¡Qué haces aquí, eres sordo! –– levanta la voz el hombre ante tu silencio, sueltas un suspiro y haces hacia atrás tu cabello.

EN LO MÁS PROFUNDODonde viven las historias. Descúbrelo ahora