Parte 4

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Los demás días transcurrieron total y completamente normales; Erick asistió a clases, cumplió con las horas de trabajo que le habían asignado en su facultad y el fin de semana se la pasó en su casa, leyendo y pasando en compañía de su madre.

El lunes por la mañana recibió a Erick con una torrencial lluvia. El ojiverde miró a la ventana de su habitación y soltó un suspiro pesado al ver las nubes negras y las fuertes ráfagas de viento que movían el agua de la lluvia en todas direcciones.

Con un último suspiro, se levantó de su cama y caminó hacia su baño para asearse. Quedaban varias horas antes de tener que partir a la universidad, pero quería estar listo en caso de que bajara la lluvia y salir sin llegar totalmente empapado a la universidad.

~

Eso de salir cuando bajó la lluvia no fue muy buena idea.

Erick había aprovechado para salir en un momento que la lluvia cesó, pero no habían pasado ni cinco minutos cuando la tormenta empezó a caer de nuevo.

Ya estaba muy lejos de casa como para devolverse, y por confiando no había empacado una sombrilla, así que ahora debía correr de techo en techo para taparse de la lluvia.

Llegó a la universidad una hora antes de que iniciara su clase y estaba súper mojado por el agua de la lluvia.

Entró a su facultad tiritando de frío y se dirigió directamente al baño, encendiendo el secador de manos y se colocó bajo la ráfaga de aire caliente que salía de este.

Suspiró cuando el aire golpeó su pecho y se quitó su chaqueta empapada para voltearse y que el aire le diera en la espalda.

Se estaba quitando los zapatos para secar sus medias cuando entró Yoandri por la puerta, una sombra de preocupación asomándose en su rostro.

—¿Sabías que hay unas cosas maravillosas que se llaman sombrillas? —dijo Yoandri cruzándose de brazos y rió cuando vio a Erick imitarlo burlonamente—. Creo que tengo un par de medias en mi casillero, ven.

Erick recogió sus cosas del piso y caminó de puntitas con sus pies descalzos detrás de Yoandri hasta llegar al comedor, donde estaban ubicados los casilleros.

Erick se lanzó en un puff y se frotó las manos para calentarlas. Ya no tenía tantísimo frío, pero su pantalón mojado le provocaba escalofríos.

Yoandri abrió su casillero y efectivamente sacó unas medias negras. Se acercó a Erick para dárselas y luego se agachó para recoger la chaqueta del ojiverde y extenderla en la puerta abierta de su casillero.

—Te debo mi vida —dijo Erick con gratitud frotando sus ahora secos pies y Yoandri se sentó a su lado.

—¿Trajiste almuerzo? —preguntó el chico y Erick frunció su ceño; por correr de la lluvia, olvidó pasar a algún lugar a comprar algo de comer.

—Mierda, lo olvidé —murmuró Erick con un gruñido y se echó para atrás cerrando sus ojos, cayendo su torso en otro de los puffs.

—Qué suerte que traje suficiente comida para un ejército —dijo Yoandri y Erick abrió los ojos para mirarlo—. Empaqué comida extra por si me da hambre después de Narrarte.

Al escucharlo Erick se levantó y lo miró. Era cierto; hoy era lunes, hoy Yoyo tenía el club de escritura a la 1pm. Lo recordaba porque eran los horarios que le había preguntado su amigo que si tenía libres.

—Una vez más, te debo mi vida —dijo Erick sonriendo cuando su amigo volvió de calentar la comida y le extendió una de las tazas.

—Compra de mi pastel cada vez que traiga y estaremos a mano —dijo Yoandri con una sonrisa y Erick soltó una carcajada, asintiendo su consentimiento.

Cuando ya iba a empezar a comer, escuchó su celular sonar dentro de su mochila y dejó la taza en el suelo para buscar dentro de aquella el aparato.

Frunció su ceño cuando vio que había recibido un correo de su profesor y lo abrió.

'Estimados estudiantes; por razones personales, la clase de hoy será cancelada y pospuesta para el día...'

—Esto tiene que ser una maldita broma —gruñó Erick bloqueando su celular antes de terminar de leer el correo y cerró sus ojos.

—¿Pasó algo? —escuchó a Yoandri preguntar y abrió sus ojos.

—Mi profesor acaba de cancelar la clase. La única clase por la que vine hoy, bajo la lluvia, a la universidad —respondió Erick lanzando su celular en su mochila y Yoandri sonrió con compasión. 

Odiaba cuando los profesores hacían eso.

De pronto una idea apareció en la cabeza de Yoandri y sus ojos brillaron.

—¿Entonces tienes la tarde libre? —preguntó Yoyo con emoción y Erick asintió de mala gana—. ¡Entonces puedes acompañarme a Narrarte hoy!

Erick se atragantó en el bocado de comida que se acababa de echar a la boca y tomó bocanadas de aire después de tragar.

—Yoyo, no—

—¡Sólo por hoy! —interrumpió Yoandri a su amigo y unió sus manos como súplica.

—¿Cómo voy a llegar así nada más? No, solo te conozco a tí y—

—También conoces a Sami —interrumpió de nuevo Yoandri y Erick se preocupó al ver la sonrisa emocionada en los labios de su amigo—. Y conociste a Zabdi y a Chris y a Joel.

Un sonrojo subió por el cuello de Erick al recordar al chico de los ojos oscuros. Había evitado pensar en él durante los días anteriores para no sobrepensar las cosas, pero le había resultado difícil.

No podía evitar recordar la sonrisa que tenía Joel cuando se señaló la mejilla y odiaba recordar su atrevimiento al haber acunado con su mano la otra mejilla de Joel mientras le daba el beso en la mejilla señalada.

Erick bajó su rostro y se metió un bocado de comida en la boca, esperando que Yoandri no notara su sonrojo.

Podría ir... es decir, podría ir y quedarse a un lado y simplemente observar lo que hacían... Y podría ver a Joel de nuevo...

—Bien, ¡pero solo hoy!

「libro abierto」 「joerick」 「terminada」Donde viven las historias. Descúbrelo ahora