Extra.

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Fargan.

El moreno tomó su taza de café mientras observaba hacia afuera, el clima le era agradable ya que le gustaba la manera estrepitosa que llovía esa tarde. Había pasado la noche anterior entera en vela, podía tristemente contar con los dedos de una mano las horas que había dormido y aunque estaba disfrutando su tranquilidad actualmente se sentía más zombie que persona. Los pensamientos que se habían acumulado en su cabeza la noche anterior lo habían dejado exhausto, el que Willy haya vuelto después de tantos meses de ese silencio mortal, la sincera conversación con él y en base a ella, todos los escenarios que podía ver con respecto a la relación que tenía con Samuel eran demasiado para procesar.

Sabía con certeza que la conversación entre ellos ya se había hecho, Fargan conocía a Guillermo y sabía que no esperaría demasiado cuando ayer ya había visto la llama de la determinación en sus ojos. Comprendía que el objetivo era hablar con Samuel sobre lo que no se dijeron antes de separarse pero pudo saber perfectamente que también estaba decidido a volver a su lado y simplemente David no sabía cómo sentirse al respecto.

Quería decir que no dudaba de los sentimientos de Vegetta pero era más bien difícil, jamás tuvieron esa conversación donde decían las cosas tal y como eran así que no se podía engañar a si mismo, estaba temeroso de lo que pasaría de ahora en adelante.

Sabia que había situaciones que vivió con el castaño las cuales le daban cierta esperanza a lo que ellos tenían como los usuales mensajes de Vegetta a mitad de la noche, los memes que enviaba para que se riera, los vídeos de animales haciendo algo gracioso, las llamadas en mitad de la noche hablando de todo y de nada con la voz ronca por el cansancio pero con una sonrisa que se pegaba en ambos rostros por escuchar la voz ajena antes de dormir, antes de oír algún chiste lamentable o alguna promesa silenciosa de apoyarse mutuamente sin importar qué.

¿Cómo alguien podía no enamorarse de ello?

Y eso que ni siquiera había hablado de los besos que le quitaban el aliento, que le hacían balbucear y le hacían pensar que tan importante era ir al cielo si esos besos venían directamente desde las tierras de Hades, dios griego del Inframundo. El deseo prohibido con el que había sido torturado tanto tiempo – Al tenerlo tan cerca y a la vez tan lejos – Ahora era capaz de probar.

Incluso si ese privilegio se había establecido un par de meses atrás no siempre las cosas fueron fáciles entre ellos, los primeros meses del término de la relación entre Guillermo y Vegetta, el castaño se había encerrado en si mismo, deseando superar todo eso solo sin embargo Fargan no lo permitía, él no lo abandonaba incluso si significaba oírlo llorar por Guillermo una y otra vez. Había pasado tardes enteras fuera de la habitación de Samuel escuchando sus sollozos lastimeros, respetando su espacio y cuando salía de su habitación entregándole su comida favorita o trayéndole sus películas favoritas para ver sus ojos rojos del llanto con una leve sonrisa, agradeciéndole.

Sabe que está enamorado.

Claro.

Tal parece que para algunos es ridículo.

Lo entiende.

Cree que para otros es un idiota.

Sinceramente su amigo Póker no ha dejado de repetírselo.

Y todo eso siguió sin importarle de todas formas, ya pasó todas las etapas (Negación, miedo y todas esas basuras) que alguna vez escuchó sobre el amor.

Súbitamente unos golpes en su puerta se escucharon a través del canto suave de su canario amigo, exhaló profundamente cuando supo reconocer los leves golpes de la persona detrás de ella. Dejó la comodidad de su asiento y fue a abrirla, Samuel de Luque estaba allí con una mirada indescifrable y dejando que las gotas de lluvia caigan sobre su abrigo.

Autumn Leaves OS. {Wigetta/Fargetta}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora