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Esa noche no podía conciliar el sueño. Mi novia me abrazaba muy fuerte y sentía su aliento en mi nuca. Siempre le gustaba hacerlo. No sabía cómo podía dormirse así, tan estrechamente sujeta a mi. Nunca tuve el valor de decirle que eso no me gustaba. Al poco tiempo, escuché cómo se abría lentamente la puerta de entrada. Sentí la boca de mi novia acercándose a mi oído, diciéndome con una voz temblorosa: "Hay un intruso en la casa...". En ese momento, una sensación de tristeza me invadió de golpe. Mi novia había muerto dos meses atrás, precisamente, a manos de un intruso.

Microhistorias Paranormales [Completadas]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora