Me dieron la noticia.
Una mañana fría de Mayo estaba en el hospital, estaba preocupado, angustiado, estaba frío e indeciso.
Samantha perdió el bebé.
Cuando creí que nada podría ir peor o que siquiera algo así podría pasar, pasó.
Ambos eramos tan jóvenes, tan ilusos, tan tontos.
Peleabamos cada 4 de 5 minutos, realmente sentía que no la quería, que no la amaba pero y sin embargo había algo que me hacía aferrar a ella, un bebé no es un juego y menos a esta edad
¿qué estaba pensando Samantha?
Esa noche habíamos discutido, ciertamente todo comenzó desde la tarde.
Estaba bebiendo y sabía que no debía hacerlo, le dije que lo dejara y me dijo que lo único que hacía era regañarla.
Su padre seguía cuidando de ella así que de alguna forma seguía mimada y yo trabajando de lo que pudiera haciéndome responsable.
Quizá ese era el problema, ella no hacía nada y lo arruinaba todo y yo hacia todo y no hacía nada.
Esa tarde tomó el auto y manejó hasta casa de su padre, estaba cuerda y yo molesto, no me importó.
Llegó bien a casa, gracias a Dios.
Ojalá hubiera sido de regreso.
Estaba en casa de su padre y yo sabía que ahí no la dejaban tomar, la cuidaban.
Pero nunca creí que ese día no había nadie y ella tenía 2 litros de alcohol encima.
Le hablé por la noche y le pedí perdón, le dije que quizá era todo pero que la quería, lo último de algo ayudaría.
Y ayudó a que ella y yo platicaramos y nos dijeramos que nos amábamos y etc.
Manejó de regreso a casa y chocó, nunca creí que volvía a casa para estar conmigo y mucho menos que había tenido un accidente.
Mi celular sonó por la mañana y salí corriendo al hospital.
Perdió al bebé y me sentía el peor de todos, creí que no tenía perdón y justo cuando crees que no hay nada peor ahí hay algo.
Samantha perdió la memoria y sus padres entendían lo que había ocurrido, no me culpaban pero creían que lo mejor era que ambos nos alejaramos y comenzaramos una nueva vida.
Samantha me olvidaría y olvidaría que alguna vez estuvo embarazada.
Y yo tenía que hacer lo mismo ¿pero como?
Estaba impotente, estaba desecho, estaba en negativo y estaba sorprendido.
Estabas justo frente a mí y me mirabas extraña
No pronuncié palabra pero algo me hiciste sentir que al verte quizá fue un alivio.
Simplemente te abracé y me correspondiste.
Te odio por haber estado ahí ese día.
ESTÁS LEYENDO
Tú. | Zabdiel de Jesús.
Подростковая литератураHay muchas cosas de las que me arrepiento, haberte conocido es una por ejemplo.