SAVE ME❀ | Kookmin

1. Enserio Quiero Morir.

Las cosas habían cambiado demasiado para Jungkook, los dos últimos años habían sido el mismísimo infierno. Todo había cambiado en su vida, ya no era el chico que solía ser, ya no era la misma persona, ni tenía la misma personalidad.

Este Jungkook ya no era como era hacía dos años atrás. Se había convertido en una persona extremadamente amargada, frustrada, triste, que se aislaba de todo el mundo, de su familia, de sus amigos —los cuales se desesperaban por su bienestar—, y de su trabajo que era lo más importante minutos antes del accidente. Ya ni siquiera eso le interesaba, ya no le interesaba hacer maquetas, ya no le interesaba hacer nada, porque estaba harto de la vida, estaba harto de todo.

Siempre se preguntaba ¿Por qué a él? ¿Por qué le tenía que pasar eso? ¿Por qué tenía que perder a su esposa de esa manera tan cruel? Era como si la vida le golpeara mil veces, sin contemplación.

Él no sabía, no entendía nada acerca de lo que estaba pasando, sólo quería retroceder el tiempo, quería volver a tener la misma actitud que tenía ante la vida; creía que su condición le impedía hacer las cosas que le encantaban hacer, creía que ya no podía ser un gran arquitecto, creía que ya no podía tener una pareja.

¿Quién iba a querer un estorbo como él? ¿De qué le servía estar en una silla de ruedas? Ya no podía realizar sus sueños ¿De qué le servía todo eso estando de esa forma? Nadie va a querer una persona tan miserable como él, ni su familia. Todos sentían lástima por él, ya ni siquiera tenía amigos ¿Qué maldito sentido tenía la vida?

El amor de su vida ya no estaba más en este mundo.

Ya no tenía ganas de seguir con su carrera de arquitecto.

Sus malditas piernas ya no servían para nada, él sólo quería morir. Desde aquel momento en que ya no sintió las piernas en el hospital, supo que la vida no sería igual.

Ahora la vida sería al lado de una silla de ruedas, bueno, en realidad sobre una silla de ruedas.

La vida se había convertido en su más grande pesadilla: no poder hacer las cosas que más amaba. Ahora apreciaba todas las cosas que antes no tenían importancia para él.

¿Qué había hecho tan mal? ¿Qué?

Maldita sea, se repetía mil veces a sí mismo.

Para colmo sus queridos padres habían contratado a una supuesta asistente o enfermera para que le hiciera compañía, lo cuide y esté a sus disposiciones. Obviamente a él le importaba una mierda si tenía a una enfermera en su vida, de todos modos, ya todo estaba perdido. Ya no había vuelta atrás, desde ahora solo esperaba el día de su muerte.

Esperaba sentir las piernas después de eso.

Ojalá.

De todos modos, iba a tener que soportar a la supuesta enfermucha que vendría.

Estaba en su casa. La hermosa casa que compartió con su difunta esposa, la cual era linda, al igual que todos los recuerdos que le perseguían de ella. Tal vez sino le hubiera hecho algún reclamo ese día, todo estaría muy bien y de seguro ya tendrían hijos. Pero no, su vida, su miserable vida se resumía en la desgraciada y la soledad.

Se rehusó a abandonar esa casa que tan bien y mal le hacía, al menos le quedaba un poco de su antigua vida; eso le daba un cierto grado de consuelo, al darse cuenta que aún tenía algo, aunque fuera material, de esa vida en donde tan satisfecho se sentía.

Le costó mucho levantarse de la cama después de haber estado en coma un año. Gritó angustiado hecho un mar de lágrimas cuándo no sintió las piernas, no podría hacer dos de las cosas que más le apasionaban: bailar y luego hacer diseños; lo segundo podría, pero honestamente Jungkook había caído profundamente en la depresión y luego tener que sentarse sobre esa jodida silla era como estar dentro de una cárcel.