Narra Estrella.
Oír sonar mi alarma de las 5:50 es toda una rutina, quería tirarlo por la ventana, pero no pude, ¿porque? Por qué el reloj es mi teléfono. En ese transcurso de tiempo, pude hacer lo que quería Orar, Leer la Biblia y darme una ducha, ya a las 7:02 pude saludar a mis padres y luego de desayunar, cuando acabe me fui caminando para la escuela. Al llegar me senté en las escaleras hasta que mis amigas lleguen.
-¡¡Yuleica!!! ¿! Aquí estoy ¡? – Alce mi mano para que ella me pudiera ver y me encontró-.
-Hola Sierva, Dios te bendiga – Me pare y la abraza, después le repetí lo mismo, pero con el Más - Oye las personas están tan segadas de la vanidad que no pueden ver que DIOS está a su alrededor.
Afirme con la cabeza mientras veía como todas esas personas estaban pegadas a sus teléfonos.
El día en la escuela se fue corriendo, iba caminando a casa, algo me resultaba extraño, me sentía...observada, acelere el paso mientras cantaba una canción de Marcela Gándara –EL Mismo Cielo -. Al llegar al barrio, subí al centro de juegos de mi Madre y me tire a la silla, estaba muy cansada de caminar, me pare y cogí la llave de la casa, baje y me encontré a mis padres, mi hermana y a su esposo bebiendo alcohol – Si, mi familia no es cristiana-.
-Sion mami, Sion papi – Los salude con un abrazo y un beso- Dios te bendiga Rebeca y a ti igual Isaac – Los abrase y luego me fui-.
Al entrar a la casa, una perra alemana se me abalanzo en sima, comenzó a lamerme toda la cara.
-¡GUAAAA!!- comencé a reír como loca- Jajaja... ya basta- La aparte y me toque el rostro y me di cuenta que estaba toda babeada- Que ascooooo -.
- Eso te pasa por no alimentarme – Hablo Eva, mi perra, esa linda perra blanca con ojos verdes vida-.
- Bueno, espera que me arregle y comemos algo – Me fui a mi habitación, me bañe y me puse unos pantalones holgados azules, unas medias negras y una franela rosa, me amarre mi cabello negro con una goma y Salí-Listo, ¿Qué quieres de comer? – Le pregunte a Eva y ella no dijo nada, solo miraba afuera- ¿Eva? – Tan bien mire afuera y vi a un hombre...mirándome, sentí miedo de ese hombre, sus ojos negros como una noche sin estrellas ni luna, su rostro por lo oscuro que estaba no lo pude ver.
- Eva...entra a la casa – le dije, pero al aparecer no me escucho – ¡ENTRA AHORA! – Al parecer si entendió esta vez, entro con las orejas abajas y mirando como si estuviere diciéndome que la perdone. Mire de nuevo al frente el hombre ya no estaba- Esto me huele mal-.
Entre a la casa y mire a Eva, entre a la cocina y le serví comida para perro – Hoy no tendrás tocino jovencita- Lo puse en el suelo y ella se acercó a comer.
Salí de casa y fui a buscar el dinero de la cena, pues ya había anochecido. Al llegar vi a mi padre hablar con el hombre que me estaba viendo, quizás se conocen.
-¡Buenas noches! – Mi padre me miro y al parecer estaba nervioso – Papi vine a buscar el dinero de mi cena, tengo hambre – aquel hombre me miro y pude deducir que tenía muchos más años que yo, porque su rostro parecía de una persona madura, calculadora y seria-.
-Hija, este hombre te compro – No escuche lo que mi papá de decía estaba embobada con su rostro, dos lunares en su mejilla derecha, cabello rubio, es blanco, sus labios...carmesí dan unos deseos de besarlos. Sentí que algo me mordía un dedo de mis pies, mire abajo.
- ¡Te van a vender estrellita!- un gatito negro me hablo, me van a vender... ESPERA ¿¡QUE!?
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Polos Opuestos
RandomAquí vamos a decir la vida de esta chica cristiana que tendrá muchas dificultades, demasiadas para ser precisos. Sus padres le dicen algo que ella no se lo va a poder creer, se siente decepcionada por lo que hicieron, pero después comienza a sentir...