Esclavo

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Sintiendo mi cuerpo en una acostado en algo suave y cómodo.

-Malditas hijas de su reputasicima madre, si pegan duro, cuando tenga la oportunidad las matare y se las dare a los perros-Me despierto sobándome la cabeza donde me metieron el golpe y maldiciendo a esas putas.

-Ohh, esas son tus 1ras palabras al despertar-La cara sonriente de una lamia de pronto se puso en frente de mi cara sosteniéndome los cachetes.

-.........-Intente mantener la calma.

Cuando miro a mis alrededores me doy cuenta que estoy en un tipo de cuarto un mas amplio de quizás 30x30.

La sensación suave que sentía era el cuerpo de serpiente, finamente enrollado en forma de dona, de quizás 10M.

Su cuerpo era blanco con manchas rojas, una cintura fina y perfecta, pechos del tamaño de un melón, ojos rojos brillantes, una piel blanca y suave, y una cara bonita, no era al nivel de mis esposas, que tenían buda, pero sobresalía de las normales y de las lamias que de por si eran hermosas.

Ella tenia apariencia de veintitantos, casi llegando a los 30, pero como las vida de las lamias era sumamente larga, no podía medir su edad.

No dije nada al mirar a esta belleza, solo me entro una gran cantidad de matar al verla.

Ella fue la misma maldita que me secuestro y me trajo a este infierno y humillación, con sus putas guardias.

Las ganas de matar era incluso superior sobre a las carceleras.

La lamia sintió esta sed de matar inmensa tan cercanamente que frunce el ceño.

-Sera mejor que la retraigas o me molestare-Dice ella fríamente.

Solo que la rabia eh ira, no me ayudara a salir, no podía usar la fuerza para defenderme estaba encabronado más por eso.

-Genial moléstese y máteme, si quiere, no tengo problemas, vamos la reto a que lo haga, máteme-No quería pasar por la orgia por lo que prefiero que me maten.

La lamia abre mucho los ojos sorprendida.

-Oh, entonces es cierto que no temer a la muerte-

-A todos les llega en algún punto, es inevitable todo lo que respira en algun punto morirá y se convertirá en polvo, asi que no me importa morir, hagalo-Digo sin apagar mi sed de matar.

Aunque seria inmortal siempre que me mantenga en el purgatorio...pero si tengo una espada en el corazón moriría de seguro.

-No soy de las que matan porque me lo digan, y siento que cumplir tu deseo solo te hara feliz, si lo hago, asi que no lo hare-

-Maldita sea-

Tantos enemigos que me desean muerto, llego a este maldito pueblo de mis pesadillas y no puedo morir, que mierda tan grande y karma en la vida.

-Me dejarías ir-

-Nop-Dice ella sacudiendo su lengua bípeda frente a mi.

-Maldita sea-

No tenia ganas de vivir en este maldito pueblo quería irme lejos con mis esposas, pero estoy en una situación de mierda con un montón de lamias.

Esta bastarda la quería descuartizar en miles de pedazos, no podía mantener mi sed de matar.

La lamia al ver que no bajaba mi sed de matar, piensa un rato y luego como que se le prende el foco y dice.

-Si no controlas tu sed de matar te besa...-

Road from hell to heavenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora