1: Seattle

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Ponerse a pensar en el significado de la vida era algo que Byun BaekHyun siempre había evitado hacer.

¿Las razones?

Se consideraba una persona sumamente emotiva y sensible, además de siempre cargar con una infaltable dosis de negatividad y pesimismo, por lo que tendía a deprimirse fácilmente si se ponía a pensar en cómo había estado desperdiciando su vida los últimos años.

BaekHyun se encontraba en una situación en la que los cambios no eran una opción, la libertad y la independencia que tanto anhelaba se veían lejanas y, principalmente, estaba en negación. Todavía existía una parte en él en la que dejaba pasar todos sus altibajos, minimizaba cada acción, cada emoción y cada pensamiento, él no quería quedar como un melodramático sobre un conflicto interno que nadie entendería, él deseaba con todas sus fuerzas que las cosas funcionaran.

Poco sabía BaekHyun que las cosas terminarían explotándole en la cara, tarde o temprano.

Y que aquello sería más temprano que tarde.

Las imágenes de las últimas semanas, de las últimas horas se reproducían sin cesar en su mente, atormentándolo, ahogándolo en una ansiedad que se sentía como fuego expandiéndose de su estómago hasta su garganta.

¿En qué momento todo comenzó a derrumbarse?

¿Había comenzado con su hermano? ¿O es que todo había estado podrido desde el principio y eso sólo fue una coincidencia?

JongDae, deja de joder. Te lo digo, en cuanto esté de vuelta en Corea nos pondremos al día. Seré todo tuyohabló por teléfono mientras cerraba la puerta detrás de su espalda y se quitaba los zapatos en la entrada de la lujosa casa.

—Te pierdes lo más importante, Baek. ¡Como mi cumpleaños!—gritó su mejor amigo al otro lado de la línea, haciendo que el castaño hiciera una mueca y alejara el aparato de su oreja.

—Ya lo hablé con ella—suspiró cansino, volviendo a hablar—. Debo permanecer aquí y estudiar. De otra forma perderé la beca y me iré a Busan.

—Como si de verdad necesitaras esa estúpida beca. ¡Tienen el dinero para pagarte la universidad!—su amigo reclama, elevando la voz, nuevamente—. Acá también hay buenas escuelas. ¡Puedes pedir que te transfieran!

—Bueno, ambos sabemos que no estoy aquí por mis estudios. No quiero discutir con ellos de nuevo, siempre dan vuelta las situaciones, ya lo sabes. Estoy jodido en este jodido país, en esta jodida casa con esta jodida gente de mierda...—BaekHyun no se había percatado que estaba gritando, mucho menos que no se encontraba solo, y cuando se volteó para seguir expresando su frustración a su mejor amigo, se quedó paralizado al ver esos grandes ojos observándolo.

Su hermano político, Do KyungSoo lo miraba en silencio a unos metros de distancia. Apenas habían cruzado algunas palabras desde los meses que llevaba viviendo con él, KyungSoo era un chico hosco y cerrado, a decir verdad, pero a pesar de que BaekHyun a veces sentía que odiaba todo a su alrededor, no odiaba al muchacho de ojos grandes.

Y ahora éste lo había escuchado hablar porquerías de su casa, el lugar que era su hogar y un santuario preciado y de su familia, incluido él.

—Baek, ¿sigues ahí?—la voz de JongDae lo hizo entrar en razón.

—Hablamos luego, ChenChen, lo siento—dijo antes de cortar la llamada y acercarse al más bajo, quien tenía una mirada tan fría que lo hizo estremecerse.

Highways || ChanBaek.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora