Un día mas. El colegio la empezaba a agotar, pero hey, quedaban 2 semanas para las tan esperadas vacaciones de verano. Thalia tiró un manotazo para apagar el despertador, se levanto y fue directo al baño. Se enjuagó la cara, se vistió y se miro al espejo.
-¿Por qué?- se preguntó para ella misma. Cabello anaranjado, lacio, un poco mas abajo de los hombros, ojos verdes apagados, doble piercing en su labio inferior aunque la verdad estos no le convencian mucho pero decidio quedarselos. Thalia Miller era una de las chicas mas lindas de su escuela, pero era una persona de pocos amigos, muy pocos amigos si se podria decir. Su unica amiga se encontraba ahora en España pasando el año para terminar sus estudios.
Esto se resumia a que en la escuela nadie le hablaba, todos la miraban raro y se decian cosas entre ellos cuando caminaba por los pasillos. Ella siempre intentó caerle bien a la gente, nadie se acercaba a hablarle y ella tampoco se empeñaba mucho por hacerlo. Hasta tenia una especie de enemiga, si, una enemiga. La molestaba, insultaba y muchas veces la golpeaba. Thalia claro que no se quedaba atras, le devolvia todo, pero no era suficiente. No lo lograba, simplemente no podia entender que habia hecho para recibir todo este castigo. Para colmo, al nacer su madre falleció y su padre igual cuando tenia 10 años, de leucemia. Hija única, simplemente estaba sola. Completamente sola y sin conocer la razon.
Dió una ultima mirada al espejo antes de salir a recoger su bolso y salir de la casa. En el camino se empezo a sentir muy debilitada pero decidio restarle importancia y, de un momento al otro se encontraba tirada en el piso apenas pudiendo abrir los ojos.
Lo siguiente fue ella, tendida en un sofa con un chico de pelo castaño, una dulce mirada miel y un piercing en su labio inferior parado al lado de ella, pero parecia no darse cuenta que esta se despertó.
-¡BEAU! ¡JAI!- gritó desesperado mientras se movia ansioso por lo que ella creia ser un living. Esta no era su casa. De pronto volvio en si y sintio un fuerte dolor en su cabeza, se tocó y miro su mano, sangre. A pasos rapidos 2 personas mas bajaron de las escaleras y se acercaron a ella. Dos de los chicos eran identicos, no sabia si el golpe ya le habia afectado a la vista o se estaba a punto de desmayar. La cabeza le daba vueltas ¡no entendia nada!
-Al fin despertaste, me tenias asustado-el chico de piercing suspiró-un momento.. ¿Tu no eres Thalia? ¿La chica de la que se recorren mil rumores?-¿Rumores? ¿A que se referia? Mientras el guapo chico de mirada miel le seguia haciendo preguntas, otro de ojos verdes le curaba la herida y la vendaba. Ella se quedo callada intentando procesar en donde estaba y con quien estaba. Cuando pudo sentarse y caer en conciencia, miro todo a su alrededor. Definitivamente no conocía nada en ese lugar. Genial. Tenia un golpe en la cabeza y estaba en la casa de tres desconocidos. Todavia podia ver a los dos chicos identicos, solo que ahora noto algunas diferencias entre ellos. El del piercing tenia un lunar en su nariz y el otro tenia unos abajo del ojo. Sus rasgos eran iguales, pero se distinguian.
-¿Y? ¿Que esperas para contarnos de donde salio esta chica y porque esta lastimada de esa forma?-interrogó el que parecia mayor, mientras guardaba todo en el botiquin, dejandolo en su lugar.
-Tranquilo Beau-el chico ahora tenia nombre-En mi camino de siempre a la escuela, me encuentro con ella tirada en el piso y se ve que al caer, se lastimo la cabeza. No dude en traerla, no podia dejarla asi. Agarre su celular del bolso pero no tenia ningun contacto-contó-¿Recuerdas algo de porque te desmayaste en medio de la calle?-preguntó dirigiendose ahora a la chica-Por cierto, nosotros sabemos tu nombre y tú no el nuestro. El es Beau-lo señaló-el es mi gemelo Jai y yo soy Luke-se presentó y sonrió.
