Capitulo 3

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Sábado. El agua tibia recorría mi cuerpo haciéndome cosquillas. Yo me abrazaba las piernas y acunaba mi cara entre ellas pensativa. No logro entender que fue lo que sucedió estos días. Nadie en su vida había mostrado afecto alguno hacia ella. Bueno, excepto de su padre y su amiga ahora en otro país. Y de repente esto, tres hermanos la trataban como si fueran sus mejores amigos. Ridículo. Seguro querían algo de ella. Como lo había querido Peter. ¿Quien era él? Un idiota mas que jugó conmigo. Me enamoró dándome el afecto que nadie demostró. Era el único que se acercaba a mi y hablaba. Pero un día todo se salio de control. Llegó a mi casa pasado en alcohol, me comporte como una estúpida y lo deje pasar. No sabia lo que era sentirse querido por alguien que no sea tu familia, así que me deje llevar. Peter se pasó de listo e intento abusar de mi, tuve que forcejear lo suficiente para soltarme de su agarre. Logró tocarme pero no hizo nada que pasara de eso.

Desde ahí supe que era mejor estar solo que acompañado. Perdí confianza total en los demás y no volví a tener contacto con alguien a partir de ese acontecimiento. Empezaron rumores, no se como, pero todos terminaron enterándose de lo sucedido.

Pasé mas de 45 minutos sumergida en mis pensamientos. Salí de la ducha, me vestí con algo cómodo ya que seria otro día de estar encerrada en casa, sola, mirando películas lo mas probable. Cuando estaba acomodando el sillón y preparando algunas palomitas, alguien toca el timbre. Carteros con correspondencia equivocada o gente haciendo publicidad, es lo que pensé. Pero me sorprendí cuando abrí la puerta. Sonia estaba allí, parecía como si había llorado ya que tenia el rímel corrido a lo largo de sus mejillas, mas allá de eso se notaba la furia en su rostro. Entró a mi casa antes de que pudiera decir algo.

-¡TU!-gritó. Atónita cerré la puerta y me voltee pero sin previo aviso tenia su puño incrustado en mi cara. Había venido para golpearme, ahora lo entendía.-Tu me quitaste a mi novio, a mi Lukey-ahora una cachetada que dio vuelta mi rostro.

-¿De que me culpas a mi? Yo ni conozco a ese chico, ni se de lo que hablas. Solo vienes acá porque me usas como tu saco de boxeo.-ella rió a carcajadas. Parecía una loca que escapo del manicomio.

-No te hagas la que no entiendes, el cortó conmigo por tu culpa, tuya y de nadie mas. No sirves para nada-su puño se encontraba en mi cara de nuevo, esta vez me tire al piso, empezaba a doler. Ella se acercaba mientras seguía hablando.-solo estas aquí para arruinarle la vida a los demás, para intentar dale pena a la gente haciéndote la desentendida. No sé como tu madre no te abortó si eres un desperdicio de vida.-la tenia parada enfrente de mi y antes de poder articular palabra alguna su pie se encontraba en mi cara. Pateó todo mi cuerpo, mis costillas, mis piernas. Se agacho y dio un ultimo puñetazo en mi estomago que casi me hace vomitar hasta mis riñones. Abrió la puerta y azotándola se fue.

No sabia si podía levantarme. Todo había pasado tan rápido que mi mente no tuvo tiempo de procesarlo. La chica que mas me odia sin razón alguna había venido a mi casa a golpearme con la excusa que "gracias a mi su novio corto con ella", y ahí estaba yo, tirada en el piso, podía sentir como la sangre recorría mi cara y mis costillas no dejaban de doler. Pensé en llamar a alguien pero ¿a quien? no conocía a nadie y llamar al hospital sería peor. Se escucho un golpe, pero mi cabeza daba vueltas y no supe que fue. Junté fuerzas y me levante como pude, sosteniéndome con mesas o muebles camine hacia el baño, me senté y me mire al espejo. Tenia la cara prácticamente desfigurada, iba a llevar unos días volver a la normalidad. Esta vez fue peor que las demás.

Estuve cerca de 3 horas curando mis propias heridas, dolían mucho y desinfectarlas y vendarlas era un gran esfuerzo. Mis costillas seguían doliendo, era probable que se me haya roto una con la patada que esa arpía me dio. Pero no me importo y cuando ya termine de vendarme, agarre dos bolsas de hielo (una para mi cabeza y otra para mi costado) y me acosté en la cama. No sentí cuando las lágrimas comenzaron a brotar de mis ojos y me quede profundamente dormida.

No te alejes de mi {Luke Brooks}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora