Después de comer y gracias a Dios , Dayana no se había separado de él asegurándose de que descansara un poco de Danna.
Justo ahora ambos estaban apreciando la hermosa vista que brindaba el bosque
-Eres muy valioso para ella
Le dijo Dayana con una sonrisa
- Se que su... ammm... Entusiasmo puede asustar un poco pero... Ni un segundo dudes de su amor por ti
Miko intento sonreírle
- No me comerá si se llega a cansar de mi ... ¿O si?
Dayana le sonrió de modo tierno
-No somos monstruos Miko
- Lo siento
Se disculpó realmente apenado
-Pero solo para que lo sepas... Así de loca como es... No te comería aún que la apuñalaras con una daga de plata
Miko bajo la mirada avergonzado de sí mismo por insinuar sin querer , que su amado pastelito fuera un monstruo
-Es pero que no lo estés considerando por qué yo sí que podría matarte
Miko abrió los ojos asustado más por la acusación
- ¡Jamás! Yo sería incapaz de levantarle la mano a Danna o si quiera la voz... No podría lastimarla aún que mi vida dependiera de ello
Dayana asintió
-Seguro lo mismo piensa ella
Hubo un minuto de silencio
- ¿Puedo preguntarte algo Miko?
Mikel la miró como muy atento
- si
Contesto en un susurró
-¿ Prometes contestarme con toda sinceridad ?
La miró fijo e incluso frunció un poco el ceño pero aún así contesto
- Si...
Dayana le sonrió fugazmente
- ¿ Amas a mi hija?
Miko suspiro hondamente
- Con todo el corazón
" Igual que yo a ti"
Miko miró a todos lados al escuchar claramente la voz de Danna ... Pero no lograba verla ...
"Un poco más a la derecha amorcito"
Miko frunció el ceño pero se giró al sonido de su voz....
-Imposible...
Tartamudeo al verla a varios metros de ahí....
Danna sonrió burlona mientras su madre apoyaba la mano sobre el hombro de Miko
- Telepatía
Susurró
- Ocurre con el primer intercambio de sangre
Miko tragó saliva
- Danna y yo no tenemos ninguno
Dayana le sonrió
- Entonces su unión íntima fue muy fuerte
Danna lo miraba como si pudiera...
-¿No puede escucharnos verdad?
-Ammm
Fue la respuesta de Dayana
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Dulce Luna
WerewolfTras el asesinato de su padre, Mikel Ángelo Carossi y su familia se ven obligados a dejar Italia. Seis meses después, cuando las aguas parecían mas calmadas, una interesante pelirroja atraviesa las puertas de su pasteleria. Por su situación Mik...