Capítulo 3

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Ya en casa se encargó de interrogar uno a uno a todos los miembros de su familia acerca de los planes de Juan Pablo pero para su desgracia ninguno quiso decirle nada al respecto, solo dedicaron a ignorar cualquier cosa relacionada con los planes de Villamil.

Después de almorzar en medio de risas y anécdotas Simón subió a su habitación y se lanzó a la cama dispuesto a dormir y descansar un rato,se le hizo extraño sentir algo duro bajo su almohada, en cuanto la levantó y vio lo que había debajo supo perfectamente que eso también era obra de Villamil, debajo de la almohada relucía con luz propia un nuevo ejemplar de unos de sus libros favoritos, Historias de cronopios y de famas, recordaba a la perfección el día que Villamil lo arrastró fuera de casa sin darle tiempo a dejar el libro que tenía entre manos, habían pasado la tarde entre risas, era uno de esos pocos días en los que había podido compartir con Villa en un lugar que no fuese su habitación o la habitación del hotel en el que de momento se estuvieran hospedando y aunque esa tarde habían ido a un lugar bastante apartado ese día Simón se había permitido soñar con que las cosas estaban cambiando y por fin Juan Pablo estaba dispuesto a salir del closet ante el resto del mundo. El lugar al que Villa le llevó era perfecto una pequeña quebrada se encontraba al pie de una especie de montaña desde donde se podía tener una vista increíble de la ciudad, era todo tan perfecto que Simón se olvidó de cualquier cosa incluído el libro que llevaba en la mano, hasta que un fuerte aguacero cayó sin previo aviso sobre ellos.

De vuelta a la realidad se permitió disfrutar de dos de sus aromas favoritos: el olor a libro nuevo y el aroma a madera característico de Villamil, cuando abrió el libro cayó una nota.

Mi principe espero que tu día haya sido agradable, sabes pude simplemente haber ido al aeropuerto y decirte que lo siento y lo mucho que te amo, pero sé que siempre has querido algo así y pues creo que yo aprendí que una de mis cosas favoritas en este mundo es consentirte y creeme que estoy dispuesto a hacerlo de por vida.

Te espero esta noche en nuestra cita, a la 8 pasan por ti, y por favor amor, se puntual.

Te amo.

Simon sentía que podía morir en ese momento, pero sabía que no podía hacerlo porque esa noche tenía una cita con el chico que amaba y no estaba en sus planes faltar. Intento dormir un momento pero se le hizo completamente imposible,parecía que su habilidad súper humana de dormir en cualquier contexto había decidido abandonarlo y al final se encontró a si mismo releyendo las notas que había recibido ese día, leyendo su nuevo libro libro y cuando renunció a dormir terminó estrenando su nuevo bajo y disfrutando del olor de las rosas que Juan Pablo le había regalado.

El resto de la tarde la pasó entre charlas y risas con sus hermanos y es que las videollamadas no se podían comparar en lo absoluto a tener la oportunidad de hablar cara a cara con su hermano y el poder leerle un cuento a sus hermanitos pequeños mientras dejaba que ellos jueguen con su cabello era definitivamente una de sus cosas favoritas.

Cuando anocheció Martin simplemente abandonó la habitación alegando que simón tenía una cita y tenía que arreglarse temprano.
Se permitió disfrutar de una larga ducha, sentía que cada gota de agua que caía sobre su cuerpo quitaba todo rastro de una pesada carga que llevaba sobre sus hombros desde el día en que abandonó su hogar y de la que sólo fue consciente en ese preciso instante, cuando se terminó de duchar se sintió tan liviano como una pluma y sonrió al imaginar que un suave viento podría levantarlo del piso sin problema alguno.

Se vistió con unos pantalones algo ajustados y se aseguró de que estos se ajustaran en los lugares adecuados, generalmente no le gustaba su cuerpo, pero era consciente que a Juan Pablo Villamil se desvelaba verle con esa clase de pantalones y aun mejor verle desnudo, con delicadeza se puso la camisa, quería disfrutar cada detalle de ese momento, se sentía como cuando tuvo su primera cita clandestina con Villamil.

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