Capítulo 4

374 38 29
                                    

Abrió la puerta sabiendo que esta vez todo era diferente, que no era una salida más y que el simple hecho de abrir esa puerta significa el inicio de una etapa nueva en su vida.

No se permitió dudar ni un solo segundo, no había tiempo para las inseguridades en ese momento, respiro profundo y dio un paso fuera de la casa de sus padres, cerró los ojos con pesar al darse cuenta que hacía bastante tiempo ese lugar en el que de niño había soñado con ser un gran músico, un escritor y astronauta, donde jugaba horas y horas con su hermano y amigos ahora se reducía simplemente a eso —la casa de sus padres— cuando iniciaron las giras llegaron también las noches eternas eternas en las que la presencia de sus amigos y su público no lograban subsanar la ausencia de su familia y muchas de esas noches se encontró dando una y mil vueltas en una cama demasiado grande y fría en la habitación de hotel de turno fue en una de esas noches de llanto y soledad que sintió un lado de la cama ceder ante el peso de un cuerpo tomando lugar a su lado, cerró con fuerza sus ojos y contuvo la respiración esperando el próximo movimiento, le sintió acostarse a su lado y entonces dejó salir un suspiro casi insonoro que era una perfecta mezcla de alivio y desilusión.

Otra lágrima silenciosa se deslizó libremente por su bello rostro, una parte de él se encontraba enormemente agradecida de que la persona al otro lado de la cama no hiciera ninguna clase de "movimiento" que pudiera lastimar un poco más su ya hecho trizas corazón, pero por otro lado se sentía un idiota al pensar que sus sentimientos eran correspondidos, definitivamente era un completo iluso al creer que la persona más perfecta sobre la tierra se podría fijar en el. Por más vueltas que le daba no encontraba una respuesta sólida a las miles de preguntas que rondaban en su cabeza y al final se encontraba intento descifrar en qué momento empezó a perderse en lo profundo de esa mirada que lo mantenía todo el día pensado en el verdadero color de esos ojos con los que soñaba cada que cerraba los ojos. Y es que cada día el mundo de Simon se reducía únicamente a eso, a perderse en sus ojos en su sonrisa en cada gesto cada detalle por mas insignificante que pareciera se robaba por completo la atención del chico de gafas, y aunque en un principio se negó a aceptarlo ahora lo sabía, estaba completamente enamorado de su mejor amigo Juan Pablo Villamil Cortes y sabía que no había remedio para ello.

Sintió desfallecer cuando la persona sentada al otro lado de la cama se acostó completamente dejando su pecho pegado a la espalda de Simon y pasó su brazo por la cintura del chico que comenzaba a creer que solo era un sueño más como los que había desde que se dio cuenta de su amor por el chico del banjo, hasta que la melodiosa voz de su compañero de habitación cantando una canción que él conocía a la perfección lo sacó del trance en el que se encontraba.

Duerme, duerme negrito
Que tu mama esta en el campo
Negrito
Duerme, duerme negrito
Que tu mama esta en el campo
Negrito
Te va a traer codornices para ti
Te va a traer muchas cosas para ti
Te va a traer carne de cerdo para ti
Te va a traer muchas cosas para ti

No podía mas feliz en ese momento, la suave y algo profunda voz de Villa cantándole al oido una de las canciones más importantes de su infancia, mientras le abrazaba y trazaba figuras extrañas en su abdomen y sentir el calor del cuerpo contrario era casi demasiado para su frágil corazón.

—Soy un niño de ocho años teniendo un extraño sueño —dijo en un susurro.

—Todo lo contrario —dijo Villa soltando una risa que estremeció por completo al chico entre sus brazos—usted es un viejo soñando ser un niño de ocho años.

—Villamil para su información yo no estoy viejo.

—A no, pues entonces dígame a ver de todos los integrantes de la banda quien es mayor?

—Yo, pero...

—Si ve, si ve -le interrumpió Villamil- no entiendo porque no quiere aceptar que esta viejo.

—Villaco solo soy un año mayor que usted.

—Sabe que yo no voy a seguir discutiendo, yo se que usted esta viejo y punto en boca.

Simon soltó en medio del llanto aún presente una sonora carcajada mezclada con su llanto todavía presente que resonó por la habitación y de la que Cortázar seguramente se sentiría poco orgulloso.

—Instrucciones para llorar.

—Que? -pregunto un Simón totalmente confundido.

—"Dejando de lado los motivos, atengámonos a la manera correcta de llorar, entendiendo por esto un llanto que no ingrese en el escándalo, ni que insulte a la sonrisa con su paralela y torpe semejanza" —recitó de memoria el menor.

—Como sabias que estaba pensando en eso?

—Te presto más atención de la crees.

—Ah si, estas seguro de eso, Villito?

—Si quieres puedo contarte una de esas historias de cronopios y famas que tu tanto lees.

—Hágale cuente a ver.

—Si, pero primero sácame de una duda. Que es un cronopio?

—Mejor olvídelo y vuelva a cantar para mí —dijo Simon en medio de una carcajada.

—Lo que usted diga Monchito.

Juan Pablo acercó un poco más el cuerpo contrario y se dispuso a cantar esa canción que aprendió a cantar de niño para evitar que su mejor amigo tuviera pesadillas.

Duerme, duerme negrito,
que tu mama está en el campo, negrito...

Duerme, duerme negrito,
que tu mama está en el campo, negrito...

Te va a traer codornices para ti,
te va a traer rica fruta para ti,
te va a traer carne de cerdo para ti.
te va a traer muchas cosas para ti.
Y si negro no se duerme,
viene diablo blanco
y ¡zas! le come la patita,
¡chacapumba, chacapún...!

Duerme, duerme negrito,
que tu mama está en el campo, negrito...

Trabajando,
trabajando duramente, trabajando sí,
trabajando y no le pagan, trabajando sí,
trabajando y va tosiendo, trabajando sí,
trabajando y va de luto, trabajando sí,
pa'l negrito chiquitito, trabajando sí,
pa'l negrito chiquitito, trabajando sí,
no le pagan sí, va tosiendo sí
va de luto sí, duramente sí.

Duerme, duerme negrito,
que tu mama está en el campo, negrito...

Esa noche las pesadillas no hicieron acto de presencia en los sueños de los dos chicos que dormían abrazados  como si el otro fuera su tabla de salvación, el escape de sus propios miedos; aferrándose fuertemente como si de ese modo pudiesen salvarse el uno al otro de ellos mismos. Esa noche ambos olvidaron su temor a que su mejor amigo no pudiera corresponder a su amor. Pero lo más importante de esa extraordinaria noche fue el hecho de que mientras dormían en brazos del otro ambos chicos descubrieron cuál era su verdadero hogar. 

No se de quien sera esta hermosa imagen pero todos los créditos para su creador

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

No se de quien sera esta hermosa imagen pero todos los créditos para su creador.

Comencé a escribir  esto escuchando musica de los chicos y pensando en el reencuentro de Villa y Simon pero mi lista de reproducción me jugó una muy mala pasada con Duerme, Duerme Negrito de la gran Mercedes Sosa y este fue el resultado, espero lo disfruten. Esta algo corto pero lo escribí en medio de una semana de parciales.

El EmbrujoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora