Chapter 8: Visitante Inesperado

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La fiesta terminó prácticamente al día siguiente. Los últimos invitados se marcharon más animados de la cuenta por lo que algunos de los Feng asumieron la labor de choferes para garantizar la seguridad. Haciendo un análisis general, podía afirmar que había sido un éxito y eso la tenía muy complacida. Estaba con su ropa de oficina mientras supervisaba el retiro de la decoración y el reacomodamiento de los muebles de la mansión Shihôn. Se preparó otra taza de café para mantenerse caliente y espantar el sueño, no tenía ganas de descansar hasta que todo estuviera terminado.

– ¿Me parece o no has dormido nada, Sui? –Yoruichi apareció bostezando en la cocina y tomó la taza de café que Sui acababa de servirse – Es casi mediodía.

– Yoruichi–sama, puedo prepararle otro café, si desea – Ofreció Sui pero Yoruichi ya bebía el aromático café.

– ¡Delicioso! Tienes que decirme cuál es tu secreto, el café que preparas es de primera – Comentó muy complacida.

– Le pedí a la cocinera que preparara algo ligero para el almuerzo, espero que no le moleste, Yoruichi–sama – Sui se sirvió otra taza de café.

– No te preocupes, lo más probable es que los demás no despierten hasta la tarde y salgan a cenar fuera, no es que la familia sea muy unida – Yoruichi dejó la taza vacía sobre la mesa de diario que había en la cocina. Un breve silencio se estableció entre ellas. Yoruichi sabía que Sui estaba pasando mucho estrés últimamente, y se sentía algo culpable por ello – Sui, con respecto al emb…

– ¡Nee–sama! – Yuushiro entró gritando, rompiendo la tranquilidad que reinaba en la cocina en esos momentos, al parecer huía de alguien.

– ¿Qué ocurre, Yuushiro? – Preguntó Yoruichi, alarmada. Su hermano menor se había puesto detrás de Sui en un vano intento de ocultarse.

– ¡No dejes que lo tiren a la calle, nee–sama! –Suplicó Yuushiro. Las puertas de la cocina se abrieron y un mayordomo, dos sirvientes y una mujer mayor de aspecto temible hicieron su ingreso.

– Disculpe la interrupción, Yoruichi–sama – Dijo a modo de saludo la mujer mayor y junto con los recién llegados hizo una venia.

– ¿Qué es todo este alboroto, Ichinose–san? – La voz de Yoruichi se tornó muy seria, si bien la señora Ichinose era la tutora de Yuushiro, no le agradaba la idea de que alguien le hiciera daño a su hermano menor.

– Yuushiro–sama debe ir mañana a pasar unos días con sus abuelos, como ya sabrá, Yoruichi–sama –La mujer habló también con mucha seriedad – Pero el joven Yuushiro al parecer ha olvidado que la señora Shihôn tiene cierta aversión por cierta especie de animales, y no solo eso, se tomó la libertad de recoger un callejero en lugar de buscar uno con pedigreé y... – La tensión del ambiente fue interrumpido por un "miau" proveniente del interior de la chamarra de Yuushiro, quien no tuvo más remedio que abrirla para mostrar un pequeño gatito negro.

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No pegó un ojo en toda la noche. Incluso fue a la oficina al día siguiente aun cuando no estaba obligado a hacerlo. Necesitaba mantener su mente ocupada porque de lo contrario continuaría dándoles vueltas a lo que sucedió la noche anterior. "No otra vez", pensó mientras la imagen de Sui con ese hombre sujetándole del brazo volvió a cruzar por su mente. Respiró hondo y se dispuso a terminar de revisar los contratos que Renji redactara durante la noche. Su aletargado asistente cruzó la puerta de la oficina con dos vasos de café. Renji lucía muy cansado.

– Abarai – Dijo secamente.

– Dígame, Kuchiki–sama – Renji dejó un vaso de café cerca de Byakuya.

brisa de veranoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora