-Esto es horrible- dijo Ash mirando nuestro nuevo apartamento. El hermoso techo dejaba al descubierto las manchas de humedad y la poca luz que iluminaba el espacio hacia que el blanco amarillento de las paredes resalte -No es tan malo, mira el lado bueno, los antiguos propietarios nos dejaron el sillón- dije dándole unas palmaditas en la espalda para levantar los ánimos -si alguien, cuyo nombre es Marceline, no se hubiera acostado con Andy ahora estaríamos en nuestro antiguo hogar- dijo Ash entrando a su cuarto nuevo.
-Sé que las cosas no son como lo prometí pero si le hacemos un par de arreglos a esté lugar quedará mejor de lo que está, quizás quede más lindo que nuestro antiguo hogar- Ash se dio la vuelta y miró por la ventana rota pegada con unos pocos pedazos de cinta -Marceline- dijo suspirando -nada de lo que hagas hoy y mañana mejorará está mierda de lugar, las cosas van muy mal, tenemos suerte si ninguno de nuestros vecinos drogadictos decide matarnos por un poco de dinero--si tanto te quejas, ¿porqué mierda seguís acá, hago un gran esfuerzo para que las cosas estén bien pero nada está a tu nivel, es increíble como las personas como vos se dejan comprar por un poco de fama-
-esto es toda culpa tuya- dijo Ash señalándome con el dedo -dijiste que Andy no te importaba, pero resulta que de un día para otro la señorita se deja abrir las piernas por una persona que no ama, sos una golfa- seque las lágrimas que caían por mi mejilla y salí del apartamento. No me gustaba pelear con Ash, pero si lo quería cerca mío debía mantenerlo feliz y lo primero era reparar el basurero que minutos antes llamé hogar.
Subí al auto y giré las llaves para prenderlo, pero me fue imposible -! por favor bebé¡, !no me hagas esto¡- dije golpeando el volante con la cabeza -no ahora- apreté el embrague a fondo y giré la llave para poder dejar al descubierto el hermoso y ronco ronroneo de mi auto.
Entré a la pintureria y agarré un catálogo con todos los colores que tenían -¿necesita ayuda señorita?- dijo un señor de mediana edad -eh...si, estoy buscando pintura negra- agarré una lata de pintura amarilla y lo tache en mi lista imaginaria -¿negro?, ¿no le gustaría un color con un poco más de vida?, tenemos verde limón, naranja salmón, rojo fuego, azul eléctrico, azul marino, amarillo de cadmio y muchos más-
-¿Tiene negro mate?- el señor suspiro rendido y fue a buscar el balde con pintura. -¿algo más?- dijo el dejando el balde en la caja -eh.....si Wilson- dije acercandome para poder leer su nombre bordado en el delantal -necesito dos brochas y dos cosas esas redondas a las que se le pone un palo y pintas el techo a y un balde con pintura aislante de color blanco-.
Abrí el baúl del auto y miré los baldes con pintura. Subirlos hasta el último piso los dos y yo sola, preferiría volver con mi mamá y seguir sus reglas. Me di la vuelta y visualice a un chico todo encapuchado -Hey, vos el encapuchado- le grité al chico haciendo que esté se de la vuelta -¿te gusta el dinero fácil? - el chico me miro con cara extraña y siguió caminando -no, no es nada malo, sólo necesito tu ayuda para subir esos baldes de pintura, sin trampas ni nada por el estilo-
-¿Cuánto?- me preguntó el chico -bueno, son dos, así que cincuenta cada uno son cien dólares en un sólo día.
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Legion of the black (bvb)
DiversosMarceline es una universitaria que solía vivir con su primo Ashley Purdy. Un día, debido a unos enormes inconvenientes con el mejor amigo de su primo se ve obligada a mudarse de una hermosa casa en un bello y cálido barrio a una apartamento en la pa...