Fiesta y Tequila

Capítulo Único

Mexico 1918 León Guanajuato.

En un pueblo de León Guanajuato, un rico hacendado de nombre Nikolai Plisetsky, proveniente de Rusia, celebraba el cumpleaños numero dieciocho de su nieto Yuri Plisetsky, quien ya se estaba acostumbrando a vivir como mexicano, vertido con pañoleta, sombrero, botas con espuelas de oro, pantalones charros, su rubia cabellera atada con una coleta parecía un autentico muchachito de hacienda y dinero.

Las mujeres no le atraían mucho y sin embargo ellas no dejaban de acosarlo, esto mismo le preocupaba a su abuelo quien esperaba que durante la fiesta conociera a alguna buena muchacha con la que estuviera dispuesto a sentar cabeza.

Mientras en la hacienda de los Plisetsky se llevaban a cabo los preparativos de la fiesta, al final de una calle empedrada, se hallaba la casa de los hermanos Mari y Yuuri Katsuki, quienes habían sido cordialmente invitados a formar parte de la fiesta de cumpleaños del joven Plisetsky.

Mari estaba vestida con una amplia falda floreada, una blusa blanca y su cabello estaba atado en una trenza, llevaba sus zapatos de baile y esperaba que durante la fiesta pudiera conocer a un hombre que estuviera dispuesto a estar con ella.

Por otro lado, Yuuri Katsuki se ganaba la vida trabajando como mariachi, aunque el oficio no se le diera muy bien, y esto mismo discutía con su hermana, pues tal parecía que la gente solo lo contrataba por lastima.

—Oye Yuuri, ¿no has considerado cambiar de oficio? —preguntó Mari

—No se hacer otra cosa Mari, compréndeme.

—Ya veo, es que de verdad no sirves para la cantada por eso Yuko no se casó contigo.

Aquel fue un golpe demasiado bajo para Yuuri pues amaba demasiado a su amiga de la infancia y cuándo se enteró de que ya estaba comprometida simplemente fue al bar de don pepe y se quedo ahí bebiendo hasta ya no saber de sí mismo, terminó contándole sus penas a un extranjero muy bien parecido y por supuesto con deudas, en el bar por todas las botellas de alcohol que había tomado.

Y hablando de aquel extranjero, este era más bien un mestizo, su nombre era Víctor Nikiforov, su madre era rusa y su padre mexicano.

Desde los dieciocho años, decidió irse de San Peterburgo e ir a México con su padre pues se le hacia interesante la vida que este llevaba, cabe mencionar que su madre se había divorciado de su padre porque era un total bebedor y un mujeriego. Pero por alguna razón, la señora Nikiforov no detuvo a Víctor cuándo decidió irse a México.

Víctor siguió exactamente los pasos de su padre, excepto que no era un total borracho, vestido elegantemente con un moño rojo, camisa blanca, sombrero de charro, pantalones con broches de oro, un par de pistolas a los costados de este, botas con espuelas y montando un caballo negro Víctor viajaba por los diversos rincones de México conquistando mujeres jóvenes y siempre acompañado de su gran amigo Otabek Altín, un hombre de su misma categoría y con sus mismas ambiciones.

Ambos no sentían amor por ninguna mujer que se cruzara en sus viajes, eran tan solteros y libres como un águila real.

Aquella tarde, luego de su viaje a Michoacán ambos llegaron a León Guanajuato para asistir a la fiesta de los Plisetsky, pues los Nikiforov se llevaban muy bien con aquella familia y Víctor conocía a Yuri desde que este era un bebé.

La fiesta había comenzado, el cumpleañero bajaba de las escaleras de una de las habitaciones de la hacienda donde la fiesta estaba por comenzar, todos comenzaron a cantar las mañanitas al estilo del gran Pedro Infante y después diversas muchachas se presentaron para felicitarlo.

Yuuri y Mari llegaron a la fiesta, Mari le deseo suerte a su hermano y este comenzó a cantar mientras tocaba la guitarra.

Desde luego Yuuri era malísimo en eso, así que cuándo Víctor llegó a la fiesta junto con Otabek, este comentó riendo.