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Pensé en las palabras de Justin en el parque, él debía estar el sábado en Inglaterra y yo debía estar mañana en casa, al principio del verano me prometí a mi misma que esto acabaría con el verano pero simplemente no podía prefería renunciar a todo que renunciar a Justin

Ambos nos acostamos en la cama supe que los pensamientos de Justin eran exactamente los mismo que los míos no decíamos nada ni siquiera nos mirábamos estábamos uno al lado del otro pero aun así se sentía la distancia entre nosotros eso era exactamente lo que no quería que pasara me di la vuelta me acerque a él y lo abrace por la espalda

Tomo mis manos las subió hasta sus labios y las beso varias veces luego se dio la vuelta y quedamos frente a frente

—Todo va a estar bien lo prometo —me sonrió

Asentí y no pude evitar que una lagrima rodara por mi mejilla Justin me escondió bajo su cuello y me froto la espalda

—Sabes que voy a extrañar sentir tu sonrisa a mi lado, bajar mis manos por tu piel como describiendo un firmamento de estrellas mientras mis besos dibujan pájaros colando sobre tus labios, sentir que nos acercamos en el beso más tierno, donde nuestros cuerpos se encuentran, sintiendo la belleza de las caricias, penetrar en lo profundo de tus latidos a través de los míos casi sintiendo y viviendo lo mismo mientras mis dedos como pinceles van dibujando en tu espalda en tus sedas desprendiéndolas llegando al paraíso perfecto, dos seres que se adoran en los besos de la noche pura mis labios recorriendo tus mejillas, tus labios y cada vez más intensos nuestros latidos sintiendo tu mirada en lo penetrante de mi corazón pero al tiempo nuestras caricias encontrándose una a otra queriendo conocer la perfección absoluta cada vez mas fuerte mis manos bajan por tus caderas y se entrecruzan con las tuyas en un vaivén de miradas. —Justin susurro dulcemente sobre mi oído cuando termino de hablar mi cuerpo ardía en el deseo por sus palabras sus labios acariciaban los míos y me encontré totalmente perdida en ellos

— ¿De qué libro lo sacaste? —le pregunte en cuando nos separamos

—Del libro de mi corazón —sonrió

—Eso fue hermoso —le di un corto beso sobre los labios

—Bueno eso es lo que tú me inspiras —me acaricio el rostro

—Me alegra saber eso —sonreí

—Espera…espera shhhh —me puso su dedo índice sobre los labios

— ¿Qué? —pregunte confundida

—Escucha shhh —me pidió

Ambos nos quedamos en silencio se escuchaba la risa de una chica tímida y un poco torpe era obvio que no estaba en sus cinco sentidos y Ryan bueno estaba lidiando con ella estuvieron algunos minutos en silencio Justin y yo nos pegamos a la puerta para escuchar mejor esto estaba divertidísimo lo que oímos a continuación fueron los jadeos de la chica no me pude contener y explote en una carcajada trate de no hacer ruido pero fue casi imposible de no ser por Justin que me permitió reírme en su pecho, eran los jadeos más extraños que había escuchado alguna vez y entonces me pregunte si tal vez yo me escuchaba igual de mal a la chica

—Justin…—susurre cuando deje de reírme

—Si…—me animo a continuar

—Mmm yo amm ¿jadeo así de extraño? —le pregunte y escondí mi rostro en su pecho de nuevo

—Hahahahaha ______ ¿Por qué me preguntas eso? —me levanto el rostro tratando de controlar la risa levante los hombros mientras me mordía el labio inferior

—No ella es una caso especial —se burlo y me dio besos en el cuello

—Creo que no nos va a dejar dormir —me lance en la cama

Si tan solo no fueras tan egocéntricoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora