T R E C E

3K 212 142
                                    

Juego con el collar que cuelga en mi cuello, el cual Justin me regaló en la vida pasada, por supuesto, mientras observo mi cuaderno y no me puedo concentrar.

Estoy en la biblioteca para terminar un trabajo que anoche no pude a causa de mis tormentosos pensamientos.

La imágen de Justin besando a Julia en la puerta del restaurante, y luego de él besando el cuello de ella sobre su escritorio no podía, ni puede dejar de reproducirse en mi mente.

Y el dolor que siento dentro me descuese el alma. Me desucese el corazón y la mente.

Quiero apartar aquellas imágenes, pero no puedo. Vuelven a mi mente una y otra vez, y es desesperante, porque el dolor aumenta a cada segundo.

Mi mente no para, no descansa ni un segundo, y siento que explotaré en cualquier momento.

Me tortura. Me tortura no solo con imágenes de Justin y Julia, también de Pete y mías.

Sabe que eso también me causa daño, e impotencia por dejarme llevar por un deseo impulsivo.

Ni si quiera sé si siento algo más por Pete. No sé que hacer con él, no quiero herirle, pero debo decirle que no le daré una oportunidad, porque estoy rota, y terminaré rompiéndolo a él. No quiero acabar con Pete, es una persona increíble y no merece estar en mi circulo vicioso.

Las chicas hoy, en uno de los recesos, no perdieron oportunidad para preguntarme que sucedía con nuestro amigo, pero logré evadir el tema y desviar la atención.

No quiero mentirles, pero tampoco sienta que deba decirles. No hasta que todo quede claro con él.

Me arropo con la chaqueta cuando comienzo a sentir más frío y justo en ese momento a mí mente viene lo que encontré ayer.

Es tan cruel.

¿Por qué?

Porque si yo pedía olvidarle, aparece algo que me transporta al pasado. Que me hace recordar lo vivido, algo que tanto me duele. Que me hace extrañarle de una manera desesperante.

Pero nada me hace extrañarle más como cuando le tengo cerca; así como ayer. Me volví para agradecerle por el castigo que les habia dado a Riley y su amiga, y entonces choqué con su cuerpo.

Una extraña tensión nos rodeó. Moría por besarle, por que nos abrazaremos con fuerza y no nos soltaramos por todo el tiempo que hemos perdido, pero nada de eso sucedió, y eso me deja con un enorme vacio en el pecho.

No me gusta tenerle así de cerca, porque dejo de ser aquella chica decidida a no caer en sus redes, en no volver con él o a él sin que realmente me recuerde.

Soy muy vulnerable ante su cercanía y no quiero cometer una locura.

Pero yo solo quería agradecerle por el castigo que les dió a Riley y su amiga, que fue lo unico bueno que ese día pudo hacer.

Recordó que alguna vez usé su sudadera, y no saben lo bien, lo feliz, lo ilusionada que me sentí. Creí que por fin aceptaría las cosas, pero abrió la boca solo para escupir su veneno y hacerme más daño.

No entiendo porque se niega a aceptar lo que fuímos.

Hay pruebas. Yo recuerdo todo, tengo el collar que alguna vez me regaló y ahora también tengo una sudadera.

A él es a quien deberían aparecerle cosas mías, no a mí, yo tengo claro lo que tuvimos. Él es quien no acepta la realidad.

¿Qué habrá pasado con la pulsera qué decía mi nombre y qué le entregué cuando estaba muriéndome?

My Stupid DirectorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora