capitulo 13

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Mi hermano había alquilado un minisalón privado en el ultimo piso de un centro comercial. Según el para tener todo a la mano. A mi no es que me importara demasiado pero Cielo estaba en estado zombie, sobretodo después de las dos horas que a mi hermano le tomo elegir las pijamas adecuadas y las toneladas de comida chatarra y alcohol que llevaría a nuestra "fiesta".

- Es porque seguramente después de esto nos tardara un buen tiempo organizar algo parecido- Dijo mi hermano, y aunque a Cielo le pareció exagerado, el tenia mucha razón. Por esa razón lo deje ser y hacer lo que quisiera.

Al final habíamos terminado: Cielo con una pijama de oso panda, Marco con una de unicornio (no se como encontró su talla), y yo de pingüino (no pregunten como).

- Marco ¿como encontraste una pijama de tu talla?- pregunto Cielo con un deje de burla disimulada.

- La mande a hacer ayer, ¿y tu?- dijo con altanería- Dudo que en mercado nacional exista una pijama tan chiquita.

- LA COMPRE DELANTE TUYO SONSO- chillo desquiciada.

- Bueno, bueno, ya dejen eso para después.¿ Marco podrías poner la película que elegiste?

Y así es como terminamos viendo el diario de una princesa 1 y 2. Luego Marco insistió en jugar un juego que había aprendido en una fiesta, se trataba de un tipo de charada pero que si perdías tomabas un vasito de SoloMarcoSabeQue, así lo llamaba el.

Para las once de la noche estábamos en el país de las maravillas bailando la macarena, el asereje y mueve el ombligo.

Era un desastre total.

Entonces tome la decisión menos acertada de mi vida, salí del salón privado. Al rato ya no me acordaba para que había salido, supuse que para el baño.

Pero entonces me di cuenta que estaba perdida, o eso se suponía. No encontraba el salón por ningún lado.

Entonces apareció una silueta muy familiar cerca a las barandillas de los balcones de la terraza. Era él. Su cabello volaba un poco golpeando ligeramente su cara y el miraba a la ciudad iluminada por un montón de lucesitas esparcidas que perdían forma en la lejanía.

Entonces tome otra decisión menos asertiva que la anterior. Me acerque a el. Al dar dos pasos en su dirección me arrepentí, ya había terminado de girar para irme cuando escuche su voz llamándome.

- ¿Hanna?

- Ah, hola Sebas, no te había visto.- Dije quitándome el gorro de la pijama que hacia de pico del pingüino.

- ¿Que haces aquí? ¿Una fiesta de disfraces?- No sabia si lo decía por mera curiosidad o se estaba burlando de mi.

- Algo así.- dije tratando de reír, entonces perdí en equilibrio y caí de trasero.

- ¿Estas bien Hanna?- dijo acercándose y ayudando a levantarme.- ¿Estas ebria?

Entonces tome una de las peores decisiones de la historia, gire mi cabeza para encararlo y decirle que no debía importarle que si estaba ebria o no, quería decirle que no debía siquiera hablarme después de el tremendo show que me había hecho ver en la cafetería del frente, eso y mucho mas; pero no paso. Cuando gire me di cuenta que su rostro estaba peligrosamente cerca. Podía sentir su respiración en mi cara y sus ojos sobre los míos, sentía que me analizaba a fondo como intentado adivinar cuales eran mis pensamientos.

Entonces sus ojos bajaron a fijarse en mis labios. Y es que si algo había aprendido en los libros de romance juvenil que había leído en la librería de la señora Anita era que cuando pasaba eso era que seguía un beso. No se porque pero sabia que el no tomaría la iniciativa, igual en la cafetería la chica lo había besado y no el, ¿o fue al revés?, ya no lo recordaba. Entonces tome definitivamente la peor decisión del universo entero.

Lo bese.

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OMG!!! 😱😱😱😵

Yo no fui, lo prometo! 

un destino entre paginas (fanfic coleccionista de mundos)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora