--- Nada --- respondió Dan. --- y no --- se alejó. John quedó confundido y para que lo compreda, Dan, lo se lo explicó. ---- Respecto a que sabes que me gustas, no pienso hacer nada, y respecto a si quiero salir contigo, no tengo planeado nada por el estilo. --- Sin que el otro pudiera responderle, empujó sus lentes a su lugar, dio media vuelta y salió corriendo.
--- ¿Qué diablos? --- No entendía nada. La cara de John lucía muy sorprendida. Solo lo llamo para molestarlo porque lo había notado mirandolo varias veces, pero no se imaginaba que en verdad le gustara. ¡Que Asco! Y admás a qué se refería con lo de salir con él no estaba planeado ¿quién era para hablarle de esa manera? Aspiró aire suficiente que le permitiera pensar en otra cosa, y se largó directo a su casa.
Al llegar fue de frente a su habitación y se encerró en ella. Ese día era el cumpleaños de su hermano menor, el chico más popular del colegio, así que seguro sus padre estaban esperandolo solo a él para almorzar. Lo odiaba, y nadie sabía cuanto. Siempre le quitaba lo que le era más preciado, era mejor en todo y sus padres nunca faltaban al cumpleaños de ese maldito. Ese año también lo drefraudaron. Le prometieron que el viaje de negocios terminaría a tiempo para que no faltaran, de nuevo, a su cumpleaños y al final llegaron 3 días después. Ya estaba harto, hubiera sido mejor que le digan que su trabajo y su hermano son más importantes que él a mentirle tan descaradamente.
Lo único que, sus padres, le dieron y que lo haya hecho feliz, era su cuarto. No era uno normal. Estaba alejado, casi 34 metros, de la casa principal y al costado de las rejas que separaba los terrenos de su masión y el bosque. Amaba estar cerca de la naturaleza, lo hacía sentir a gusto ya que nunca lo había dejado. Su habitación era como una enorme casa del árbol, solo que se encontraba en el suelo, pero aun así rodeada de plantas.
--- ¿No vas a asistir a mi primera comida de los 16 años? --- Edwin, su hermano, apareció una de las vetanas negras que, John al solo pensar en hecharse en su cama, dejó abierta.
Su cara sumergida en su almohada casi no lo dejaba respirar, y es que no quería tener la capacidad de hablar en ese momento. No deseba responderle, pero si seguía sin hablar seguro el otro le diría algo que lo haga enojar y luego sus padres le creerían antes a Edwin que a él después de haber terminado con su pelea. --- Voy en un rato --- que mentira más grande.
Los ojos azulados de su hermano se encontraron con los suyos. --- ¿No hay algo más que quieras decirme? --- El castaño negó con la cabeza. Desde la ventana se oyó una risita de superioridad que ocasiono que se desquitrá con su pared dandole un gran golpe.
Se reía de él, ya que era lo bastante inmaduro como para no desearle feliz cumpleaños por lo resentido que se encontraba. Esa mañana se levantó tarde a propósito para no tener que verlo, se suponía que así debió ser todo el día. Que detestable era esa cosa.
Cerró sus ojos y se quedó profundamente dormido. Cuando los abrió ya eran las casi las 9, la hora del almuerzo y la cena ya habían acabado hace mucho. Se escuchaban ruídos de las gran casa. Era una fiesta. Habían invitado a casi toda su familia para que le dijeran, como es devido, "feliz día" a Edwin. Seguro estaba haciendose la víctima sobre como su hermano mayor no lo iba a saludar. Esa cosa se volvía más odiosa con cada año que pasaba. No iría a la fiesta, nunca pertenecería allí.
John se paró para prepararse algo de cereal con leche en su pequeña cosina. Sí, tenía cosina. Era como un departamente, él era como un inquilino que había alquilado ese departamento. Se sentó en su sillón y miró a la ventana verde que estaba frente a él. Las vetanas verdes eran las que miraban al bosque, las negras a su la gran casa y las grises al patio. Su madre fue la que decidió que su "departamento" estuviera en diagonal ya que si la construyeran derecha no podría ver su "verdadero hogar".
Terminó de comer y salió a explorar. La reja tenía una puerta de la cual solo él poseía la llave. El bosque, igual que siempre. Pacífico y solitario. Lleno de vida por doquier, mientras atrás suyo todo estaba muerto. Nadie lo sabía y nadie debía descubrilo, que cuando te adetrabas en lo más profuno de esa selva te encontrarías con la vista más hermosa de la ciudad. Era su escondite secreto. Evitando que alguien caiga por el raro acantilado había un barandal de acero, que parecía haber sido construído por el antiguo dueño de la casa, nunca quitó los arboles así que supuso que él también quería que fuera un secreto.
Él mismo colocó un tipo de sillón de playa verde pasto que debajo de sus cojines había un baúl. Ahí guardaba una almohada y una colcha. Las sacó de su lugar y decidió domir mirando las bellas luces de la ciudad.
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¡Lo sabía! Dan lo sabía. Ese chico no era nada bueno, sus ojos daban más que miedo. Esos hermosos ojos verde agua. ¡Su problema estaba resuelto! Lo único que quedaba era pensar en ese mal rato que paso cada vez que quiera mirarlo y podrá concentrarse en clase. ¡Fácil! Eso pensó, pero al día siguiente. . .
El profesor de literatura leía un poema en voz alta para que los alumnos lo tomen como ejemplo. Su tarea era escribir uno. ¿Qué iba a hacer? ¿De qué escribiría el poema?
El profesor paró de hablar y Ben se acercó a Dan --- ¿De qué escribiras el poema? ¿De cómo hacer tu vidad menos miserable? --- y se mató de la risa. Kyle apareció frente a él, se calló. Hizó un gesto de molestía y regresó a su sitio.
Dan y Kyle no se hablaban, pero el segundo no dejaba de proteger al primero cada vez que Ben trataba de molestarlo. Ambos siguieron con lo suyo.
--- Hey John, y. . . ¿quién será la chica afortunada que tendrá la suerte de ser tu musa para el poema? --- le habló desde atrás uno de sus amigos. Se puso a pensar y recordó lo pasado el día anterior, ¿Dan se inspiraría en él? de solo pensarlo le daban nauseas. Sin darse cuenta sus ojos se dirigieron al nerd. Este estaba en un lío total. Parecía estar perdiendo la cabeza de tanta concentración. Y era obvio que no era porque no sabía como expresar sus sentimienos sino ¡ni siquiera se le había ocurrido hacer eso! ¿Y se supone que estaba enamorado de él? JA que gracioso. Volteó a su hoja y escribió lo molestas que eran las personas molestas.
Terminó la clase y cada uno entrego su poema. Dan entrego su hoja la cual estaba casi en blanco. ¿Cómo escribió una frase para la asamblea y el poema no lo dejaba pensar correctamente? Era un alivio que la proxima clase sea matemática. Nada que inventar ahí, solo formulas con mucho sentido.
Con la felicidad mostrandose en su interior, el estudioso, se acomodó en su asiento.
--- ¿Y? --- John se dio un palmazó en su mesa. --- ¿Escribiste acerca de mí? --- Su sonrisa de maldad había vuelto y al estar sentado se le notaba más alto, bueno no era que si se parara lo alcanzara.
--- No
--- ¿No? --- Su rostro cambió. Eso le molesto por alguna razón. Quería que cambié su opinión acerca de no hacer nada respecto a esa situación. ¿Era tan poca cosa como para que no valga la pena luchar por él? No era que deseaba que lo hiciera, simplemente lo quería obligar a pensar de esa manera.Todavía no llegaba el profesor así que se le ocurrió una idea: --- ¡Oigan todos! Este nerd de acá esta enamorado de mí y me ha pedido que salga con él ¿qué creen que deba hacer? --- todos miraron con shock y curiosidad. --- Seguiré la ordenes del primero que hable.
Dan no prestaba atención, era irrelevante hacerlo, hasta que John dijo:
--- Ya sea humillarlo o noquearlo. --- de esa forma le enseñaía una lección y no sería juzgado por eso. Era conocido por cumplir con lo que decía y en este caso actuaría por el deseo de otro no por el suyo, no podrían odiarlo por eso. Además ¿quién no odiaba a Dan?
Ben abrió su boca, pero Kyle se la tapó con su mano.
Entonces ahí vino algo inesperado. --- Aceptalo, sal con él. --- dijo una chica desde atrás. Fue la primera en hablar.
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Sólo espéralo. . .
Fiksi RemajaSi tan solo el amor no le hubiera llegado, Dan, podría haber seguido con su ya preparada y aburrida vida. Es una pena que John Bruce haya cruzado frente a sus ojos.