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♡ # O1.

Una joven chica, estatura pequeña, delicadas facciones faciales, realmente encantadora, se encontraba corriendo a máxima velocidad, como si su vida dependiese de eso. Bueno, la verdad, quizás ese era el motivo por el cual corría en ese preciso momento. Uno de los puntos que lograba jugarle en contra era el clima, este realmente le no le favorecía en lo absoluto, ya que corría demasiado viento, el cual chocaba con su rostro, haciendo que su cabello se pasara por este último. Producto de aquello le evitaba mantener una buena visión del sector por él cual corría.
Si se detenía, aquél chico que corría un par de metros más atrás, la atraparía y realmente, tenía que evitar a toda costa que la alcanzase.

— ¡corre todo lo que quieras, Chaeyoung! —gritó el chico de voz grave. — ¡de todos modos te atraparé!

Ella, a la vez que corría, sus ojos estaban completamente cristalizados, aquellas lágrimas ya recorrían por sus mejillas. Sintiendo a la vez, que caería ya por el cansancio, pero antes de rendirse, dio un último grito, tratando de que alguien, pudiese escucharla.

— ¡alguien que me ayude...! —apenas terminó aquella frase, aquel desgarrador grito, sus piernas se flexionaron al instante, a a vez que sus ojos se cerraban, y por último, cayó al suelo. Mantenía una la respiración demasiado agitada debido a la situación.

En cuanto el pequeño cuerpo de la chica cayó en él suelo, el chico que se encontraba más atrás, corrió aún más rápido, llegando así a un lado de este.

— tal como lo dije, pequeña Chaeyoung... —decía a la vez que, se agachaba y la cargaba entre sus brazos. — aquí estás, conmigo nuevamente, amor.

La menor solamente podía sollozar, y con algo de dificultad logró formular unas cuantas palabras; — p-por favor... no me hagas d-daño.

(...)

Había perdido la conciencia, no recordaba lo que había sucedido un par de horas antes, lo había olvidado completamente.
Cuando despertó, se encontraba en un automóvil, sentada en el asiento del copiloto, el cual tenía el cinturón de seguridad ya puesto, e incluso, ajustado a su medida.
El automóvil no estaba a una velocidad tan rápida, sino una prudente a la carretera por la cual se conducía.
Al mirar su ropa, notó que era una totalmente diferente a la que traía antes de caer y luego no recordar nada. Dentro de lo poco que recordaba, era que vestía un short de jeans y una sudadera de color negra. Pero ahora llevaba una falda ajustada, igualmente de color negro, solo que él material de esta, ahora era cuero. Y en su parte superior tenia una blusa blanca.

— dormiste bastante, ¿lo hiciste bien? —murmuró el chico sin mirarla, manteniendo su grave tono de voz y, quizás algo intimidante para la situación. — ¿estás cómoda con esa ropa, cariño?

Lo miró con algo de asombro, pensando en cada una de las palabras que saldrían de su boca.

— s-si... dormí bien. E Igualmente estoy c-cómoda. —dijo a la vez que apartaba su vista de el y la dirigía a sus manos, entrelazando estas entre si.

— me alegra mucho saberlo. —dice y dirige una de sus manos a una de las piernas de la chica, la cual, comienza a acariciar lentamente.

La joven se tensó al instante por la acción del mayor, quisiera o no, ya no podía evitar que él le hiciera todo ese tipo de cosas. Ambos mantenían un trato, el cual ya no se podía romper.

— Yoongi, por favor... no lo hagas.

— hm... tu y yo sabemos perfectamente que al negarte pareces una chica bastante inocente y cosas similares, cariño... pero siempre has terminado demostrando todo lo contrario en la cama, amor. —dice a la vez que la toma del mentón y junta los suaves labios de la joven con los propios. ya había comenzado a besarle, no habia vuelta atrás.