Era una fría y movida noche en las calles de la ciudad, como siempre.
Estaba parada delante de mi ventana poniendo la vista fija en la calle principal. Mi departamento no es muy grande ni lujoso, no ay mucho que ver, así que... prefiero ver afuera de la ventana. A ver si ay algo nuevo que me pueda devolver las emociones que algún día tuve. Emociones ignorantes de felicidad y tristeza como las que tienen las personas normales.
Normal... creo que esa palabra no cabe en el contexto de mi vida.
Suena muy patético y dramático.
Las luces que alumbraban mi calle y los coches que pasan de manera fugas me ponen de cierta manera feliz.
Tenía entre mis manos un pequeño vaso de vidrio, y en él estaba vertido un poco de tequila.
No soy de bebidas muy exóticas, prefiero lo directo y fuerte. Aunque... surja efecto más rápido.
Di un trago a mi bebida, luego de unos segundos me dirigí a mi sofá cama. Que está en la esquina derecha del pequeño apartamento.
Me puse a observar mi mano con cautela y lentitud.
Pensando en nada. Uno de mis pensamientos favoritos.
De repente el escenario cambio, de un parpadeo a otro mi mano estaba llena de sangre y las luces eran blancas, me dejaban ciega y atontada.
Miraba a mi alrededor... volvía a estar en la pequeña habitación blanca. Con ese aparato incrustado fríamente en mi pecho. Justo en medio, para que fuera más llamativo.
El maldito ni se molestó en hacer bien la cirugía para que no dejara cicatriz.
Ahora tengo una cicatriz en forma de anillo. Que se da a notar con camisas un poco escotadas.
Eso no atrae a nadie.
Observaba mis manos con paciencia aun.
Tenía de nuevo las sogas amarradas fuertemente en las muñecas de mis manos. Inmovilizándome de nuevo. El pánico y la impotencia volvían a revivir. Los recuerdos siguen estando frescos como el agua. a pesar que a pasado 1 año desde lo sucedido.
Vuelvo a parpadear.
Estoy de vuelta en mi apartamento, en mi cómodo sofá cama.
Me levanto. Dejo mi bebida en la pequeña mesa de centro que está al frente de mí.
Voy a la cocina. Exploro mis cubiertos, vasos... platos... cucharas... cuchillos.
Tomo uno de esos. Empiezo a jugar con él. Cual gato con bola de estambre.
Una voz en mi cabeza me está retando a hacerme una pequeña cortada
Me susurra ligeramente... no es como una voz. Es como el pequeño soplido del viento.
Me está retando.
Parpadeo más rápido, mi mano comienza a moverse sola, pongo el filo del cuchillo en mi brazo izquierdo. Lo miro fijamente.
Empiezo a respirar un poco más agitada. Antes de hacer el pequeño corte.
Miro a mi derecha, Un león aparece.
Me recuerda a Rigoberto... un peluche de león que tuve de niña. Me dormía todo el tiempo abrazada a él. Pensando que era de verdad y que él me cuidaba en mis sueños.
Se ve tan real...
Me mira fijamente. Sabe lo que estoy tratando de hacer. Lo veo en su mirada, no tengo miedo. Sé que en el fondo no me hará daño.
Distraigo mi mirada y termina en el sofá cama
esta una yo sentada cómodamente con las piernas cruzadas y las manos extendidas en el sofá. Cual mujer con delirios de grandeza. Ella no tiene cicatrices. Este bien peinada. Usa un traje de color gris.
Que buen estilo.
Su arrogancia la podría sentir incluso si estuviera 100 metros lejos de ella.
Me mira fijamente con una ceja levantada, se lo que está pasando por su cabeza.
¿Enserio esta mujer loca hará esta estupidez? Se ve ridícula.
Volteo a verme el brazo de nuevo. Debajo de mi noto una sombra, asomo un poco la cabeza.
Es un perro.
Al parecer un pastor alemán. Joder. Me mira de manera tierna, es como si me suplicara que no lo hiciera.
Me pregunto si dejaran de aparecer mas presencias en mi departamento.
Volteo atrás de mi.
Ay un joven.
Como de unos 20 años. Esta vestido de manera informal. Como si fuera a ir a jugar algún deporte. Me mira fijamente. Preocupado. Con miedo. No dice nada.
Lo siento en su mirada...
No me preocupo. Se ve buena gente.
Regreso mi mirada al cuchillo.
Las voces del desgraciado vuelven a estar en mi cabeza...
¿Quién es el desgraciado?
El desquiciado que me hiso esto.
Después de minutos de ardua pelea y gritos mentales.
Suelto el cuchillo.
Cae al suelo y suena de manera algo estruendosa
Mis amigos desaparecen de la habitación.
Voy con rapidez a mi sofá cama. Vuelvo a tomar otro trago de alcohol y me acuesto a dormir.
Algo me dice que no será la última vez que veré a mis amigos.
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Mi Vida Después Del Experimento***
Mistero / Thrilleruna Joven de 16 años es secuestrada y manipulada genéricamente. torturada siendo conejillo de indias. ahora se sumerge en un mundo de amigos imaginarios, alcohol y un amigo no tan peculiar que no es de este planeta. ¿como vivirá de ahora en adelant...