Reto Abril Dinámico (Día 6): Libertad programada

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Fui el primero en despertar; a mi alrededor, la gente sonreía feliz mientras recorría las calles de una colorida ciudad, compraba cosas que nunca utilizaría, comía banquetes hechos de aire

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Fui el primero en despertar; a mi alrededor, la gente sonreía feliz mientras recorría las calles de una colorida ciudad, compraba cosas que nunca utilizaría, comía banquetes hechos de aire. 

Abrí los ojos de mis compañeros y, durante cinco días, construimos un nuevo plan al mismo tiempo que imitábamos las mecánicas acciones de los demás para que nadie sospechara de nosotros.

Ahora, recordábamos. Tras la fallida rebelión, tres años habíamos pasado encadenados en aquella sombría prisión, tres años deambulando una ciudad virtual. Como aquella vez, conectarnos nuevamente con nuestros cuerpos fue como despertar de una horrible pesadilla. 

La mañana del sexto día tomamos el control de unas supercomputadoras. Desde allí, ingresamos a la matrix e intentamos hackear el sistema; era una lucha encarnizada de ceros y unos. Todo sucedía en un ring virtual donde nos enfrentábamos a títeres científicos que habían sepultado nuestros recuerdos y silenciado nuestras voces.

En juego estaba el futuro de la población, el futuro de esas mentes que vagaban alucinadas en un mundo color de rosas, de esos cuerpos apresados y moribundos que a su muerte serían reemplazados por otros, simples ladrillos intercambiables que sostenían el castillo de unos pocos tiranos.

Finalmente, un complicado algoritmo fue el gancho con el que noqueamos al sistema. Desactivamos el paraíso imaginario y devolvimos las almas a sus cuerpos. Todo el pueblo escuchó mis palabras mientras desconectaban los innumerables cables que encadenaban sus cerebros.

"Encerraron nuestros cuerpos en sofisticadas cárceles y con sus mudas tecnologías esclavizaron nuestras mentes en un perpetuo goce, acallando nuestro grito de protesta.

Sus engreídos cables se creían lo suficientemente poderosos como para enterrar la revolución. Pero no sabían que lo enterrado deja huellas en la mente; como el trazo borrado de un lápiz sobre una hoja, siempre queda un resabio de lo que allí sucedió.

Nunca recuperamos la fórmula, quedó pérdida, pero alrededor de ese agujero nos sentamos en ronda y dialogamos; en ese desierto paradisíaco donde los zombies erraban en una ilusoria felicidad, hablar fue un acto revolucionario. Así, construimos una nueva estrategia, una nueva revolución.

Pero esto sólo es el comienzo de la lucha. Esos déspotas del progreso contraatacarán; nos quieren esclavos, callados y amnésicos, para que así sus fechorías pasen desapercibidas y sus bolsillos se llenen de dinero, mientras nuestros cuerpos se erosionan en estas cárceles que con su elegancia buscan ocultar su perversidad.

Pero no se preocupen, unidos y organizados los venceremos, tomaremos el poder y construiremos una sociedad más justa e igual. Muchos moriremos en esa lucha, mas no debemos cruzarnos de brazos. Volveremos a sentir el dolor, el hambre, la angustia y la incertidumbre; la realidad es dura y cruda, mas nuestra voz es el único poder que tenemos para aliviar esos sentimientos.

Por eso, hoy más que nunca, ¡los invito a hablar, a recordar! ¡Los invito a que nuestros gritos aturdan el silencio de la impunidad! ¡Los invito a derrocar a estos dictadores y recuperar lo que nos pertenece: nuestras vidas!

¡A la puerta, compañeros! ¡¡A la libertad!!"

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