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Habían llegado al hospital hace una hora, había llamado a Kusanagi-san y él había llevado a la IA con él. Se encontraron con Revolver en la sala de espera, este estaba cubierto de sangre y algunos pétalos.

Cuando Kusanagi lo sujeto de la camisa exigiendo saber que había pasado noto el temor en los ojos del otro...

- Dijo que me amaba - confesó Ryoken - no sé lo que esta pasando...

- ¿Qué fue lo que le dijiste? - Pregunto Kusanagi enfadado.

- Le dije... Que también lo amaba... Le pedí que saliera conmigo... ¿Por qué ocurre esto?

No pudieron seguir discutiendo. Una enfermera llego y les pidió que pasaran a la habitación donde se encontraba Yusaku. Cuando Kusanagi soltó a Ryoken este fue el primero en correr al lado de Yusaku, lo beso y espero las palabras de la doctora ahí presente.

Comenzó explicando a Ryoken la situación, la enfermedad de Hanahaki, el estado de Yusaku, la cirugía...

- Pero... Si es correspondido - había hablado Ai sin importarle que lo escucharan - ¿Eso no debería frenar la enfermedad?

- A este punto es imposible - fue la respuesta a la pregunta de la IA - La enfermedad ha avanzado demasiado, no podemos hacer nada a este punto.

- ¿¡Qué quiere decir que no puede hacer nada!? - exigió saber Kogami - ¡Si realizan la cirugía...

- La enfermedad avanzo más rápido de lo que imagine... A este punto las raíces deben estar aferradas a sus órganos, una cirugía solo lo mataría.

- Pero... He correspondido sus sentimientos... ¿Por qué?

- Parece que fue demasiado tarde, las raíces están demasiado profundas, a punto de atravesar el corazón... Siendo optimista... Solo le quedan otras 24 horas de vida a Fujiki-san...

- ¿En verdad no hay nada que puedan hacer? - pregunto Kusanagi sujetando con fuerza el disco de duelo.

- Lo siento...

- Esta bien - hablo Yusaku con dificultad, sujeto la mano de Ryoken con todas las fuerzas que tenía - yo... Ya estaba dispuesto a morir de todas formas...

- Yusaku... Si me hubiera dado cuenta de esto antes... Y-yo...

- Esta bien... No es tu culpa...

Tal vez era culpa de ambos.

- Si quieren mi consejo - hablo la doctora - disfruten estas últimas 24 horas juntos...

Se miraron a los ojos. Los azules ojos de Kogami estaban llenos de lágrimas, los hermosos ojos verdes de Yusaku brillaban... Harían de sus últimas 24 horas juntos las mejores.

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Solo quedaban un par de horas. Habían pasado el día juntos, la noche anterior habían dormido abrazados en la mansión de Kogami, al menos eso intentaron... ¿Como podía dormir sabiendo que la persona en sus brazos iba a morir pronto? Se habían besado tanto como les fue posible, no sé separaron por más de unos centímetros, se dieron "te amo" tantas veces como fue posible...

Ahora estaban nuevamente frente al StarDust Road, había comenzado a nevar, la primera nevada de invierno. Yusaku casi no podía caminar en esos momentos, su respiración cada vez era más pesada, se apoyaba en Ryoken para caminar.

- Es... Hermoso - susurro con un hilo de sangre bajando por su labio.

Abajo de sus ojos se habían formado bolsas negras, estaba pálido, salian sangre y pétalos de su boca a cada paso que daban... Se veía débil.

- No tanto como tu - susurro Ryoken apartando un mechón de cabello del rostro de Yusaku.

- No creó tener una buena apariencia en estos instantes...

- Claro que si - beso la mejilla del menor - siempre la tienes para mi - tarro de sonreír, pero era imposible - Yusaku... Te amo...

- Yo a tí... Ryoken...

Mientras el sol se ocultaba en la distancia unieron sus labios en un último beso, cuando se separaron de vieron a los ojos, los ojos de Yusaku estaban inyectados en sangre, lágrimas rojas salieron por estos al mismo tiempo que una sonrisa se dibujaba en su rostro.

Tomo la mano de Ryoken con al poca fuerza que aun le quedaba y, mientras las ramas de su interior terminaban de atravesar todo su cuerpo susurro:

- Gracias... Por salvarme...

- Yusaku...

Después de esas palabras cerro los ojos. De su boca comenzaron a brotar ramas con flores de cerezo, en su garganta y pecho también, Kogami se puso de rodillas aun soportando el peso del cuerpo mientras repetía una y otra vez el nombre de quien una vez amo y ahora había muerto en sus brazos...

Continuará...

Nos leemos el sábado con el epílogo... Gracias por apoyar esta historia hasta el final.

One Last FlowerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora