Once de julio de dos mil catorce
Un pequeño pelirojo esperaba en aquel café.
Su novio había dicho que estaba arrepentido por lo que ha estado ocurriendo desde hace unos "días", que en realidad de meses ya.
Por ello buscó una manera fácil para hacer feliz a su novio.Y para que olvidara todo aquello.
El pelirojo hubiera aceptado gustoso aquel intento de perdón.
De no ser porque el castaño no llegó a la hora esperada.Ni en las siguientes cuatro.
"¿Se le habrá olvidado? Pero... él me invitó"
"¿Tuvo un percance en el trabajo? No, és sábado"
"¿Le habrá pasado algo? Es imposible... éste café está a cinco minutos de su departamento"
El pelirojo descilucionado comenzó a juntar todas sus pertenencias que se encontraban en la mesa.
Iba a visitar a TaeHyung.
Sus planes no hubieran cambiado de no ser por la silueta de su novio que se acercaba a él con un paso apresurado.
En su rostro se veía una expresión de ira, pero, ¿por qué?
El pequeño fue agarrado por unos fuertes brazos, que lo llevaban lejos del café.
Chilló y jaloneó, pero no pudo separarse de aquel fuerte agarre que le lastimaba.
-- ¿Qué mierda hacías con ese chico?
Su novio le miraba con ira.
Pero el más pequeño no entendía.
-- ¡Responde! ¿Por qué saliste de ese café con ese chico?
-- Tae-TaeHyung-nnie...
-- ¡No me digas así! Te vi saliendo al mismo tiempo que ese chico, hablaban y te sonrió
HoSeok sintió un miedo fuerte, su novio estaba realmente enojado.
-- Ah, ¿Sabes qué? Por mí tú y ese estúpido pueden irse a la mismísima mierda, no te quiero ver cerca de mi persona hasta que me expliques el por qué estaban juntos
Y dicho ésto, el castaño tomó un camino en dirección contraria a su novio.
El pequeño no entendía nada.
No le habló a nadie, no conocía a nadie, ni mucho menos escuchó que le hablaran a él.
Entonces... ¿Por qué TaeHyung reaccionó así?
No lo sabía, pero algo si tenía claro.Pelearon de nuevo.
Y el dolor que antes había aparecido, empeoró.
Dicen que el amor tiene fecha de caducidad
Pero depende de la pareja