Dieciocho de febrero de dos mil diecisiete
HoSeok llevaba consigo un manga de edición ilimitada, le había costado varias jornadas y horas extras de trabajo. Pero al fin lo tenía en sus manos.
Lo miraba como si fuese el tesoro más valioso del mundo.
Éste iba a ser el regalo de aniversario que le daría a su novio.Con paso tranquilo y una sonrisa deslumbrante se tomaba su tiempo para llegar al departamento de su amado, recordaba de apoco todos sus otros aniversarios, mientras observaba el movimiento de un día común en la gran cuidad de Seúl.
Se preguntaba que le tenía como sorpresa TaeHyung, eso le traía eufórico desde que despertó hace horas, se podría decir que hasta hace días.
Suspiró como una adolescente enamorada, sus mejillas y nariz llevaban consigo un tenue color rosado, el frío de invierno comenzaba de a poco, según el pronóstico que escuchó cuando pasó al lado de una cafetería, se esperaba que nevara en la tarde-noche.
Su bufanda cubría lo más que podía, pero su delgada sudadera le impedía entrar en calor.
Así que con muchas ganas apresuró su andar, para llegar lo más pronto al departamento con calefacción, donde con una alta posibilidad le esperaba unos calientitos abrazos de un chico muy especial en su vida.
Miró la hora en su celular ya frío, todavía faltaban unos minutos para llegar. Bufo con el frío ya calandole los huesos, optó por comenzar a correr.
Los copos de nieve le empañaban sus anteojos, pero poco le importaba.
Ya se encontraba frente la puerta del departamento. Su sonrisa se agrando más, estaba ansioso, demasiado.
Restrego la suela de sus tenis en el tapete de color morado que adornaba la entrada. Dirigió su mano para tocar el timbre, pero la puerta se encontraba entrecerrada.
... ¿Habrá salido?
Negó esperando lo peor. Con rapidez entró, sintiendo una gran paz al instante.
Se detuvo en la gran sala, sus esperanzas de que ésta se encontrara decorada se esfumaron. Nada. No había nada, ni una rosa.
Sintió como su sonrisa desaparecía, pero negó nuevamente.
Éste aniversario no puede empeorar, no.
Dedujo que su novio se encontraba en su habitación, que tal vez, ésta área se encontraba adornada con algún detalle.
El agonizante sonido de la nada le comenzaba a poner nervioso.
La habitación de su amado se encontraba abierta, y por la mínima abertura, se veía vacía, nada estaba allí. Nada.
Entró azotando con una gran fuerza la puerta, dejándose caer en la cama que contenía el leve perfume de TaeHyung.
Sentía como sus lágrimas se acumulaban en sus rojizos ojos.
Iba a comenzar a sollozar, pero el fuerte vibrar de su celular le hizo distraerse.Encendió el aparato y miró atentamente el mensaje. Era TaeHyung.
Mi puppy, mi tigesito💛🐯
¡Bebé! ¿Estás haciendo algo?
Buah, estoy en una fiesta, de JiSoo, ¿sabes que cumple años? ¿¡y que es de dinero?!
Está comenzando lo mejor, ¿quieres venir?
Si no quieres no importa, estoy con MoonByul y Lisa, KyungSoo se fue con Kai, como la pareja de conejos que son, Ja.
¿HoHo?
¿Bebé?
¿Amor?
...
Bueno, eso es un no. Cuidate.
Dicen que el amor tiene fecha de caducidad
Y puede que sea cierto.