Denver, Colorado - 2018
La comida en la casa era poca, la mayor parte del tiempo, por lo que Meg pasó varios minutos buscando, hasta encontrar una caja de cereal sin terminar, que no se atrevió a revisar si había caducado o no.
La vació completa en el único plato que tenía, y le agregó toda la leche que quedaba en el refrigerador, justo cuando se escuchó un pequeño grito desde el sofá de la sala, y la chica rubia se levantó de un brinco, moviendo los ojos por la habitación, asustada, hasta que se detuvo en Meg, y se limitó a fruncir el ceño.
—¿Qué hago aquí? —exigió, pasando una mano por la manta que tenía encima, como si no se diera cuenta de lo que estaba haciendo.
—Ayer viniste, para comer algo y abrigarte un poco —explicó Meg, colocando el plato de cereal sobre sus manos—. Colapsaste en el sofá.
Se encogió de hombros, mientras la chica le dedicaba una mirada de absoluto desprecio al plato, y se giró de nuevo hacia la cocina, para dejarla comer tranquila. Después de todo, Meg sabía bien lo que era sentirse vulnerable.
Abrió la puerta del refrigerador, sacó tres bolsas plásticas, y colocó el contenido en la licuadora, antes de pasarlo a su termo, escuchando un lento masticar detrás de ella. Una vez terminó de cerrarlo, revisó el reloj en su mano izquierda, luego el de su mano derecha, y asintió ligeramente con la cabeza.
«Cincuenta minutos para las once», pensó, llevándose las manos a la cabeza para comenzar a trenzar su cabello. «Media hora de camino, cinco minutos de margen, máximo quince minutos para hablar con ella».
Tomó su bolso de la encimera, se lo colgó de un hombro, y guardó su termo dentro mientras caminaba hacia la chica. Sintió cómo se tensaba su cuerpo cuando se sentó junto a ella en el sofá, no demasiado cerca, y dejó que pasaran algunos segundos de un silencio pesado, mientras buscaba cómo empezar una conversación.
—Y... —comenzó a decir, con cautela, esperando hasta que ella levantara la vista de su plato para continuar—. ¿Cómo te llamas?
—Eso no te importa. —contestó de inmediato, mientras revolvía su cereal con la cuchara.
Meg suspiró, intentando entender la situación en la que estaba, en la que ella misma había estado en el pasado.
—Mira —comenzó a decir, con suavidad—, sé que en las calles tienes que ser agresiva para sobrevivir, pero...
—Tú no sabes nada de mí.
—Pero puedes decirme tu nombre. —hizo una pausa, y colocó una mano sobre su pecho—. Yo me llamo Meg.
La vio dudar, como si estuviera buscando una excusa para no decirlo, o un nombre falso para contestar la pregunta; pero parecía la verdad cuando por fin habló.
—Jane —contestó, de mala gana—. Mi nombre es Jane Walker —se llevó otra cucharada de comida a la boca, antes de continuar—. Mis... amigos me dicen Joy —miró a Meg, por medio segundo, antes de volver a bajar la vista—. O, digo —se aclaró la garganta—, lo harían si tuviera. Da igual.
Meg la miró por un segundo, pensando que era un nombre lindo, y que era un buen punto para comenzar; tal vez algún día podrían tener una conversación.
—Bueno, Joy... —dijo, haciendo tanto énfasis como podía en el nombre— Debo ir a trabajar, soy mesera. —se puso de pie y se colgó el bolso de uno de los hombros—. Puedes venir si quieres, quedarte cerca. Sé que has sobrevivido hasta ahora, pero...
—De acuerdo.
Meg sonrió, tomó el plato vació de sus manos, lo dejó dentro del lavaplatos, y revisó que todas las ventanas estuvieran cerradas, antes de abrir la puerta de entrada y volver a cerrarla después de ellas.
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Curse (#FHSCursed)
Fanfiction«Lo que no te mata, te hace desear estar muerto». Personas diferentes, de diferentes lugares, se reúnen para luchar, contra la magia y contra ellos mismos, con un único objetivo: recuperar sus vidas. AU de FNAFHS en el que nuestros protagonistas enf...