Una hermosa joven de veinte años llamada Sakura preparaba todo para la llegada de su más adorado amigo; había colocado un montón de pétalos de cerezo sobre la alfombra de su habitación, prendido unos inciensos con el fantástico letrero que rezaba "olores afrodisiacos" y, por sobre todo lo demás, se había puesto un atuendo muy sexy y atrevido que, aunque no era su estilo, sabía que al chico de cabello azabache le encantaría, o al menos eso esperaba.
Había esperado durante horas la llegada de ese chico de cuerpo perfecto, piel nívea, cabello rebelde y ojos profundos como pozos negros. Sonrió para sí misma, tratando con todas sus fuerzas de no sonreír ante la perversa idea que se había ingeniado en lo más recóndito de su pervertida mente y que ahora se convertiría en realidad, si es que la suerte jugaba a su favor.
Al principio odiaba admitirlo, pero después no le quedó más remedio: se había enamorado de él, incluso antes de lo que le gustaría aceptar. Se habían conocido cuando tenían solo cinco años, en un pequeño parque frente a sus casas ya que eran vecinos; él siempre la ayudaba, la consolaba, y cuando su familia decidió mudarse le pidió que no llorara, que fuera una chica fuerte para que así, cuando volvieran a verse, fuera digna de estar con un Uchiha. Tal vez era estúpido, pero después de todo ese había sido su pilar: ser alguien digna de un Uchiha, más específicamente de Uchiha Sasuke. El destino los había vuelto a juntar durante el Instituto...claro que no de la forma en que ella hubiera esperado; de hecho, se desilusionó bastante cuando él no la reconoció. De ahí surgió una extraña amistad mezcla de rencores, confusiones y competencia: ella deseaba demostrarle que podía ganarle, que era alguien digna de un hombre mejor que él.
Claro que andar con Uzumaki Naruto no fue su idea más brillante, pero al ser el mejor amigo de Sasuke no existía mejor prospecto; por fortuna, cuando ella cayó en cuenta de que se había enamorado de él, Naruto le dijo que él también se había enamorado de otra persona: Hinata, una chica muy linda y a la que Sakura apreciaba realmente. Ella sí amaba al rubio, y el chico de ojos azules merecía lo mejor: terminaron como grandes amigos (más exactamente ella era la que lo ayudaba cuando decía un comentario indecente o deseaba precipitar las cosas con la chica ¬¬) y se lo agradecía, ya que lidiar con el Uchiha todo el tiempo era algo que necesitaba de cantidades de energía, física y mental, superiores a las que poseía cualquier ser humano.
Habían terminado el instituto sin ninguna clase de compromiso de su parte, eran amigos; de hecho ser amigos tan cercanos provocó que tuviera un club en contra de ella, que la mayor parte de las féminas del insti la odiaran...pero le daba igual. Le encantaban todas las facetas que el azabache tenía, la hacían sentir que existía el hombre perfecto...claro que un hombre así, hijo de una adinerada familia no se fijaría en ella sin una buena razón, y lamentablemente esa buena razón nunca llegó. Entraron a la misma universidad (TODAI), ambos iban a medicina: probablemente su única simpatía 100% compartida era salvar vidas. Ese era su tercer año en la carrera, sus vacaciones (si es que pueden llamarse así, ya que la tarea y el estudio nunca cesan) estaban a punto de terminar y el azabache regresaba de New York después de su corta lejanía que a ella se le antojaba eterna.
Sakura deseaba averiguar de una vez por todas si él sentía algo por ella que no fuera el deseo de molestarla, fastidiarla o controlarla. Sonrió frente al espejo de su habitación, tocándose con la yema de los dedos en punto entre sus dos cejas: esa zona estaba relajada siempre que no estaba con el Uchiha y eso la irritaba un poco. Algo en su interior le decía que era una mala idea, que mejor se vistiera decentemente y salieran a algún lado en vez de quedarse a hacer lo que ella tenía planeado hacer...se sonrojó violentamente pero estuvo complacida por su inteligencia. Ahora solo quedaba esperar a que el chico llegara...
~~O~~o~~O~~o~~O~~
Sasuke iba en el deportivo negro que había alquilado, cansado del viaje en avión. La verdad era que lo único que quería era llegar a casa y descansar. El problema era que su "querida amiga" Sakura lo había llamado esa mañana, preguntándole si realmente tenía planeado llegar ese día a Tokyo; aunque no le gustara admitirlo, el dejo de alegría que pudo percibir en su voz le alegró a él también. Esa chica de extraño pero suave y brillante cabello rosado, ojos enormes color verde brillante con unas hermosas y largas pestañas enmarcándolos, con un cuerpo perfecto, bien definido y magníficamente torneado, era en realidad la razón por la que volvía.
ESTÁS LEYENDO
one shots de sasusaku
Fanficespero que os guste todos los derechos al final de los capítulos