Capitulo I

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Beatiful Now- Zedd ft. John Bellion

Gravity

30 de junio de 2016.

Tomo mi botellín de agua y me dispongo a dirigirme a las duchas y cambiadores luego de 1 hora de entrenamiento y 2 de práctica de ballet, al llegar a los cambiadores abro mi casillero y saco mi mochila y mi teléfono, reviso las notificaciones en mi teléfono y veo una llamada perdida de Lucky, pero el siento gotas de sudor rodando por mi espalda, así que decido tomar una ducha antes de saber que le ocurre ahora a mi particular hermano. Siento mis músculos relajarse con el agua caliente, y libero mis pensamientos cayendo en cuenta que dentro de 1 mes terminara el verano y que hace 2 años no veo a mi mejor amiga luego de que se fue a Canadá, Jesús como la extraño.

En lo que salgo del edificio y camino hacia mi auto decido devolverle la llamada a Lucky.

-¡Hola hermanita querida! - No puedo evitar esbozar una sonrisa en cuanto escucho su entusiasmo, así es Lucky, una bola inagotable de energía.

–Hola hermanito, ¿a qué se debe el honor de haber encontrado en mi humilde teléfono una maravillosa llamada perdida tuya?- Lo escucho reír sarcásticamente del otro lado.

–Bueno G, conoces las reglas y hoy es el último viernes del mes por lo que toca- Hace una pausa en la que a lo lejos logro escuchar como hace el redoble de tambores – Cena familiar Smith Collins, 7 de 7, exclusivamente obligatoria, de Junio- anuncia como si fuese un locutor de radio, y rio por ello – ¡Bien! Logre hacerte reír, lo tomaré como un cumplido.

–Está bien, acabo de salir de práctica, ya voy camino a casa, así que nos vemos allá- Me despido y escucho como me lanza un beso antes de colgar.

Al llegar a casa, lo primero que me recibe es el delicioso aroma a pasta, me dejo guiar por el olor hasta llegar a la cocina y encontrar a mi maravillosa madre de espaldas a mí, moviéndose al ritmo de "la macarena" y con un delantal que le regalamos por el día de la madre hace 3 años en el que se lee "Soy la mejor cocinera que mueve el bote".

Y efectivamente es la mejor cocinera... y también mueve le bote. Me acerco a ella y rodeo sus hombros con mis brazos, cosa que la hace sobresaltarse.

– ¡Gravity! ¿Qué hemos hablado acerca de sorprenderme mientras cocino?- Pone sus brazos en su cadera formando una jarra y finge mirarme mal.

-Que me amas mami- Ella suela un suspiro de rendición.

-No sé qué fue lo que salió mal con ustedes, pero culparé a su padre- Dice dando media vuelta una vez más para mover la salsa.

-Mami, acaso ¿insinúas que tienes hijos dañados?- Ahora soy yo quien pone los brazos en forma de jarra, y es ella quien ríe.

– Claro que no cariño, solo digo que los doctores me engañaban cada vez que me decían que tendría hijos sanos- La risa me gana la batalla y no puedo evitar soltar una carcajada -Bien ya basta por hoy, ve a prepararte para cenar, esperaremos a que tu padre y Lucky lleguen para iniciar la cena.

Noto la emoción en su voz, pero sé que desaparecerá en cuanto papá empiece a hacer sus chistes malos, Kristen moleste a Lucky y Jack, Karisma y yo molestemos a los demás para luego reírnos de ellos y de toda la caótica situación; Lucky, Jack y yo siempre apostamos para ver cuánto dura mamá en explotar, yo siempre gano. En el camino a mi habitación me detengo en el despacho donde sé que está Jack porque alega es un lugar divertido.

-Hola Jack- Él está frente a la puerta, sentado en el sillón reclinable de papá, con su laptop en las piernas y los audífonos puestos, pero aun así levanta la mirada y me dedica una cálida sonrisa.

-Hey G, ¿Cómo te fue hoy princesa?- Quita la computadora de sus piernas y la pone en la mesita de noche a su lado, mientras da unas palmaditas en uno de los brazos del sillón, señalándome que me siente a su lado.

-Me fue bien- Le digo sentándome donde me indica y el pasa su brazo por mi cintura, apretándome en un casi abrazo.

-Eso me alegra primis, ¿esperaremos a Lucky para empezar las apuestas o empezamos ahora?- Ahí es cuando me fijo que él ya está listo para la cena, llevaba una camisa negra que se ajusta en sus brazos haciéndolo ver más atractivo, unos pantalones negros también y unos zapatos blancos, frunzo el ceño hasta que veo una chaqueta blanca en los hombros de una silla al lado del librero.

-¿A qué debemos esta particular combinación?- No puedo evitar preguntar, el ríe antes de responderme. Aunque sé que a mamá le gusta que nos vistamos bien aunque sea una cena en casa, esa no me parece que sea la vestimenta que él normalmente se pondría para este tipo de cena.

-Después de la cena iré a una fiesta Black & White, ¿quieres venir?- Me lo pienso, y no sé porque lo dudo, mañana no tengo nada que hacer y ha sido una larga semana como para no merecerme salir hoy, y sé que mis padres me dejaran ir por el hecho de que andaré con Jack, así que asiento con la cabeza -Bien, pues ve a arreglarte para que en cuanto cenemos nos vayamos.

Me levanto y salgo del despacho para dirigirme a mi habitación. Cuando llego a está, voy hacia mi armario y tomo unos pantalones blancos ajustados, un top negro que solo deja a la vista la mitad de mi ombligo, saco mis tacones negros que me pondré después porque a pesar de que sé perfectamente cómo manejarlos no tengo porque cenar en mi casa con ellos, y también saco un pequeño bolso negro en el que entrare mi teléfono, dinero y un labial.

Aprovecho que mi cabello tiene aún tiene los rizos que me hice hace unos días y me hago una coleta alta, y me maquillo ligeramente, un poco de rubor, iluminador en la punta de mi nariz, en la unión posterior de mis ojos y en la parte alta de mis pómulos porque nadie brilla más que yo, un poco de sombra color blanco, delineo mis ojos, alargo mis pestañas con máscara y por último pinto mis labios con un rosa pálido. Me miro al espejo uy quedo satisfecha y orgullosa de el resultado y del poco tiempo que me tomé. Bajo las escaleras y noto que las únicas que faltan son las gemelas. Tomo asiento en el sofá entre papá y Lucky.

-Pero si es la reinita de papi- Dice mientras pasa uno de sus brazos por mis hombros.

-Hola papi- me dejo consentir, porque para eso son las cenas familiares, además de que papá y yo tenemos horarios parecidos, pero eso resulta un problema.

Cuando yo me voy él ya se ha ido, pero cuando llego el aún no ha vuelto a casa, y para cuando llega a casa no estoy o ya estoy durmiendo.

-¿Cómo estás nenita?

-Estoy... sin dinero papi, ¿Qué crees que debo hacer?

Él lleva una mano a su mentón lo acaricia, como si se lo estuviera pensando seriamente. –Creo nenita, que tal vez deberías... trabajar- hago una mueca.

Abro la boca para responder, pero el estruendoso grito de mamá me enmudece.

-¡ALGUIEN POR FAVOR ME PUEDE DECIR ¿DONDE SE METIERON KRIS Y KARIS?!

La casa cae en un silencio sepulcral, hasta que la estruendosa risa de Lucky acaba con éste.

La cosa con la risa de Lucky es que es totalmente pegajosa y eso provoca que papá, Jack y yo riamos con él, mientras el rostro de mamá enrojece cual tomate, pero no sé si es por el enojo o por aguantarse la risa.

Luego de que pasan alrededor de 20 minutos, Kristen y Karisma entran por la puerta de la cocina, mamá dura unos 10 minutos reprendiéndolas por haber llegado tan tarde y no avisar ni llamar. Cuando por fin pasamos al comedor, la tertulia inicia junto a los infaltables chistes nada chistosos de mi querido padre.

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