Zed.
Seguía caminando a la par de mis dos amigos. Sí, supongo que podría considerar a Addison como a una amiga. Alfin y al cabo no es mi novia. ¿Verdad?
Perdido completamente en mis pensamientos, olvido por completo mi alrededor. Tenía toda mi atención en Addison. Estaba observando cada detalle de ella. Sus finos y rosados labios, sus ojos verdosos con retoques avellana que depende de la luz o tiempo cambian de color, su cabello albino y que sincronizaba a la perfección con su piel y linda sonrisa. Era... Tan perfecta. Ella no tardó en percatarse de mi llamativa cara de estúpido, pero no era de esperar, su belleza me hacía entrar en trance. Era tal, que sentí que todo empezaba a ir a cámara lenta. Pero, en un momento ella empezó a mover sus labios algo agitada, parecía que hablaba, lo hacía como si estuviera diciendome o advirtiendome de algo. Yo fruncí el ceño confundido sin detener el paso hasta que caí en el porqué. Demasiado tarde para mi suerte. Choqué contra una farola, el impacto me hizo retroceder hasta el punto de caerme de espaldas y aterrizar con la espalda en el suelo.
- ¡Dios, Zed! ¿Porqué no me escuchaste? ¡Te dije que había una farola justo a unos pasos delante tuyo! - Comentó Addison mientras me miraba junto con Eliza, quién empezó a reírse de mi desgracia.
- Lo siento... Me... Olvidé del mundo por un momento. - Intenté explicarme y esbocé una sonrisa en gesto de disculpa. Entonces un brazo se extendió en mi dirección para levabtarme, miré la pálida piel y alcé la vista hacia Eliza, quién me sonreía intentando aguantarse la risa.
- ¿Será eso cierto de que el amor ciega? - Preguntó con cierto tono de saecasmo. Tomé su mano y me levanté de un salto, una vez de pie le dediqué mi mas arrogante sonrisa. Ella rió y negó con la cabeza.
-No tienes remedio. - Dijo sonriente. En ese momento sentí unas cálidas y suaves manos tocar mis mejillas, rápidamente dirigí mi mirada hacia la hermosa Addison, quién me miraba algo preocupada.- ¿Estás bien? - Preguntó con una voz que dejaba entrever aún mas esa preocupación que noté en su mirada. Dejé ir una media sonrisa y asentí suavemente tomando sus frágiles manos.
-Estoy bien. - Dije sin apartar la mirada de sus dos hermosas perlas que reflejaban el mismísimo cielo. Ella sonrió con dulzura, esa sonrisa que me volvía loco.
- Ehm, ¿Hola?, ¿No nos íbamos? - Interrumiendo la escena como casi siempre, desvió la mirada hasta Eliza y una vez más esa sonrisa areogante se hizo presente. Y fue entinces cuando en ese mismo instante un grito profundo y escalofriante resonó por todo el lugar. Los tres fijamos la vista al lugar de procedencia, y ahí fue cuando vimos a alguien correr hacia nosotros con los brazos alzados y gritando en un lenguaje que solo los zombies podríamos entender.
- ¿¡Bonzo!? - Exclamanos los tres al unísono tras reconocerlo a tan solo unos metros de nosotros. Aún a pesar de estar cerca Bonzo seguía corriendo en... En mi dirección. Al percatarme empecé a correr pero gracias a mi hermosísima suerte, crucé los pies y caí boca abajo contra el suelo. La única imagen que tuve fue a Bonzo saltar sobre mi. Después todo esta borroso, ugh.
- ¡Bonzo, estás aplastando a Zed! - Gritaron ambas chicas. Bonzo las miró a ambas y de un salto se levantó de mi, dejándome respirar nuevamente. Tocí varias veces y respiré con dificultad, por un momento creí que iban a enterrarme. Los brazos de Addison y Elizan fueron mas que suficientes para levantarme. Bonzo culpable por su acción, pide disculpas en lenguaje Zombie cabizbajo. Una vez recuperado el aliento, negué con la cabeza y apoyé una mano en su hombro. -No te.. No te preocupes. Estoy bien. - Intenté explicarme y pasando los brazos lentamente por los hombros de Addison, intenté volver "a la vida." apoyandome en ella.
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Z-O-M-B-I-E-S. (ZØℳβIΞS!) τhє νιгυs.
FanfictionDespués de la reconciliación entre los humanos y los Zombies, una nueva puerta hacia la pacífica vida compartida se abre. Pero, esto poco duraría ya que la llegada de un ser cambiaría lo que tanto costó conseguir y a la vez significaba para ellos. S...