𝐂𝐮𝐚𝐧𝐝𝐨 𝐭𝐮́ 𝐧𝐨 𝐞𝐬𝐭𝐚́𝐬 │ ℋ𝒾𝓇𝑜𝑔𝓊𝑒𝓁/ℋ𝒾𝑔𝓊𝑒𝓁 【 Disney 】

S a n

Capítulo 3

Hiro.

— Esto es malo, esto es malo, esto es muy, muy malo. ¡AAAAAH! —grité de desesperación—. ¡Y todo en un acto de nerviosismo! ¡Es que no puedo ser más idiota!

— ¿Malo? ¡Es lo mejor del mundo! Le estás dando posibilidades a mi shipping —sonrió pícaramente a través de la cámara, y yo bufé—. Tranquilízate, Hiro. No es malo, a menos que lo hayas dicho enserio —sus ojos mostraron sorpresa y se acercó más a la pantalla, sus grandes ojos café oscuro penetraban en lo más profundo de mi alma, como si supiera todos mis secretos—. ¿Lo dijiste enserio, Hiro?

— ¿Q...qué? ¡Claro que no, tonta! ¡Solo bromeaba!

— Uff —respiró por fin—. Me habías pegado un susto tremendo —rió—. Aunque... no sería tan malo, ¿sabes? —recargó su cabeza sobre sus manos—. Sería muy tierno de tu parte. No esperaba que tuvieras un lado potencialmente homosexual, Hiro~ —canturreó.

— No tengo un lado homosexual, Kate —puse los ojos en blanco—. Fue una simple broma, ¡de amigos! Además, estaba algo molesto con él, y en el momento en que se disculpó se me hizo muy tierno, no sé. No era su deber pedirme perdón, pero aún así lo hizo, ¿sabes?

— Ajá —sonrió como la primera vez—. Mira, si te gusta un chico está bien, Hiro. Y más si es Miguel —siguió burlándose—. No tiene nada de malo.

— ¡Pero no me gusta, joder!

— ¡Bueno, bueno! ¿Entonces cómo explicas el haberte puesto nervioso? No acudes a mi a menos que sea algo realmente importante. Si algo no te interesa, no le cuentas a nadie de ello, pero si te preocupa y/o emociona, se lo cuentas hasta a las plantas.

— Eso no es verdad —rodó los ojos.

— Bueno, no desde la muerte de Tad... —se cubrió la boca—. Lo siento.

— No necesitas disculparte, Kate. Eso ya pasó —suspiré con pesar.

Había pasado ya un año desde la muerte de Tadashi, había sido duro afrontarlo al principio, pero ahora no me afecta mucho. Mis amigos me apoyaron demasiado y eso hizo una gran diferencia.

— B...bueno... ¿y entonces... Miguel....?

— No me gusta —negué con la cabeza.

— Quizá solo te atrae, o te interesa —dijo secamente—. Bah, haces todo más complicado, little Japanese boy.

— No lo sé, Kat —me dejé caer sobre el colchón por completo.

— Sí, si lo sabes. Descuida, tus sentimientos poco a poco irán tornándose o más intensos, o disminuirán. Lo que pase primero —rió una vez más—. Ojalá se hagan más intensos, me haría muy feliz saber que una parte de mi shipping se está cumpliendo —me sonrió—. Solo recuerda lo que sucedió con Heather, ¿te acuerdas cómo fue lo de ustedes? Pasó exactamente lo mismo que está pasando con Migue.

— Sí. Pero con Heather era diferente, ahí si tenía claro lo que quería.

— Igual que con Miguel, solo que tú haces que tus pensamientos nublen tus decisiones.

— Claro que no, Heather era... —suspiré otra vez—, no sé cómo explicarlo. Ella era una persona decidida, no como yo. Ella fue los cimientos que tenía nuestra relación, yo no aportaba mucho, y ahora me arrepiento bastante.

— Entonces no cometas el mismo error. Solo déjate llevar, lo disfrutarás.

— Ugh... odio vivir.